Las calles del Casco Viejo, tipificadas en la ordenanza municipal de tráfico como vías de circulación restringida, se convierten cada día en un continuo ir y venir de vehículos. Turismos, furgonetas y camiones circulan desde primera hora por la zona, mientras los peatones, cuyo tránsito debería ser prioritario, se apartan para dejarles paso. “Es mejor que no sea peatonal, si va a estar así”, reclaman desde la asociación O Cimborrio.
La plaza Bispo Cesáreo, San Cosme o San Martiño se convierten en parkings gratuitos al aire libre cada día, tal y como señalan los vecinos. “Yo llamo una media de 15 veces a la grúa para que retiren coches, y eso que solo aviso cuando están aparcados en vado”, comentan desde Bispo Cesáreo. El entorno de la plaza, en hora punta, puede concentrar hasta a una veintena de turismos. “Que vengas a hacer un recado y dejes el coche un momento lo entiendo, pero que utilices esto como parking gratuito, no. Cuando hay eventos en la Plaza Mayor esto está lleno, y no he visto que se levanten todos los coches que hay”, añaden.
Horarios
La ordenanza municipal regula los horarios en los que se pueden realizar repartos, pero los vecinos aseguran que no se respetan. “Aquí da igual la hora que sea, hay un tráfico continuo, desde la mañana a la noche”, claman desde O Cimborrio. El atropello de hace días a dos personas en el entorno de la Catedral -una furgoneta sin conductor los arrolló- puso el asunto sobre la mesa. La Policía Local aseguró que el vehículo excedía el horario permitido, aunque la empresa lo niega.
El peatón
Aunque los peatones, según la normativa, tienen prioridad frente a los vehículos, lo cierto es que el numeroso tránsito obliga a los viandantes a apartarse del centro de la vía.
El limitado espacio de las calles, y la multitud de turismos aparcados en ellas, provoca, muchas veces, que el peatón tenga que detenerse y esperar. Muchos vecinos reclaman que incluso tienen dificultades para salir del portal por culpa de los coches. “Aquí es una vergüenza, no tienes espacio para pasar, ni para caminar”, señalan desde Pena Corneira.
Desde O Cimborrio reclaman más control policial: "Si aquí solo pueden pasar residentes, que van a su garaje, y furgonetas que tienen un horario establecido, no tiene explicación que haya vehículos a todas horas estacionados donde quieren".
El descontrol se apropia de otras zonas de la ciudad
El descontrol de tráfico no solo se ceba con el Casco Vello, sino que se expande a muchas zonas del municipio. En el centro urbano, calles como la Alameda do Cruceiro, restringida al uso de residentes, se convierten en áreas de aparcamiento para condcutores que incumplen la normativa. La isleta entre La Habana y Cardenal Quevedo, otro punto crítico.
