Pilar Rodríguez renovó ayer su mandato al frente de la Agrupación de Libreros de Ourense, en la asamblea electoral del colectivo. Entre sus prioridades está el establecimiento de acuerdos con la Administración para que el suministro a bibliotecas y colegios lo realicen librerías del entorno.
La Agrupación de Libreros de Ourense mantuvo ayer la asamblea extraordinaria electoral, para renovar su junta directiva. Sólo se presentó una candidatura, encabezada por la anterior presidenta, Pilar Rodríguez (Librería Padre Feijóo). El resto de los cargos los ocupan Aurelio Gómez Villar (Queixumes) como vicepresidente; Francisco Negro (Plate ro), como secretario; Emilio Fernández (Betel), como tesorero; y José Manuel García (Cátedra), Fernando Lemos (Stylo), Yolanda Martínez (Yedra) y Sonia Rodríguez (Lúa) como vocales.
Entre las prioridades del mandato recién iniciado se encuentra la de establecer acuerdos con la Administración para que el suministro de libros a las bibliotecas y colegios sea realizado por librerías de su entorno. Los libreros ourensanos ya establecieron un acuerdo con el Campus de Ourense para el suministro de libros, que contempla como contraprestación que los establecimientos comerciales colaboren en la organización de actividades culturales en el campus. También la Biblioteca Pública ourensana lo está haciendo, sin necesidad de haber suscrito acuerdo, pero el resto de instituciones no, señala Pilar Rodríguez. Otra preocupación del colectivo es vigilar que se cumpla la sentencia del Constitucional que prohíbe la venta de libros en colegios o que recomienden librerías proveedoras.
Entre las prioridades del mandato recién iniciado se encuentra la de establecer acuerdos con la Administración para que el suministro de libros a las bibliotecas y colegios sea realizado por librerías de su entorno. Los libreros ourensanos ya establecieron un acuerdo con el Campus de Ourense para el suministro de libros, que contempla como contraprestación que los establecimientos comerciales colaboren en la organización de actividades culturales en el campus. También la Biblioteca Pública ourensana lo está haciendo, sin necesidad de haber suscrito acuerdo, pero el resto de instituciones no, señala Pilar Rodríguez. Otra preocupación del colectivo es vigilar que se cumpla la sentencia del Constitucional que prohíbe la venta de libros en colegios o que recomienden librerías proveedoras.
