La línea vieja de Ourense a Santiago cae en el olvido casi 65 años después

La línea antigua a Santiago va cayendo en el olvido. La inauguración del trazado de alta velocidad selló la jubilación de un trayecto que el próximo mes cumplirá 65 años. Las nuevas vías han acortado considerablemente las distancias, reduciendo el viaje a casi un paseo. La línea, antaño transitada por numerosos convoyes, ahora apenas sirve de paso a trenes de mercancías, algunos regionales a O Carballiño y un convoy diario a Compostela. Sin electrificación El 8 de septiembre de 1958, Franco inauguró la línea. Por aquel entonces se trataba de una infraestructura que se adelantaba a las que existían en Galicia. Inicialmente planteada para tener doble vía -aunque nunca se desdobló-, sus curvas eran amplias y permitían viajar más rápido a los trenes. Los años fueron pasando y la infraestructura se fue quedando anticuada. Las estaciones de varias localidades -como Lalín o Silleda- habían sido construidas a kilómetros de los núcleos, condenándolas al desuso. Pero, sobre todo, nunca fue electrificada, por lo que solo pueden circular trenes a diésel. En diciembre de 2011 se inauguró la nueva línea de alta velocidad, y el vetusto trazado quedó obsoleto. Cada vez más incidentes En los últimos meses, la infraestructura registró varios incidentes. El último aconteció el 29 de julio. El regional diario que cubre el trayecto entre Ourense y Santiago arrolló un árbol en Campomarzo, en Silleda (Pontevedra). El tren quedó detenido. Los pasajeros quedaron ilesos, pero tuvieron que ser trasladados en taxis a su destino. El 18 de enero, las lluvias provocaron un desprendimiento y, en consecuencia, el descarrilamiento de un regional, también en el concello de Silleda. Más graves fueron otros dos accidentes sucedidos durante el último año. Unos días después del desprendimiento, el 24 de enero, un tren de mercancías descarriló en Lalín. El maquinista sufrió heridas leves. La vía permaneció cortada durante varias jornadas. El 6 de noviembre de 2022, el regional diario a Santiago se incendió en el apeadero de Botos, que da servicio a Lalín, debido a una fuga de aceite. Los 64 pasajeros que viajaban en el convoy pudieron salir a tiempo. Arde en Lalín el tren de Ourense a Santiago y los pasajeros completan el viaje en bus Fuentes del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif) se limitan a indicar que “el mantenimiento de la línea se realiza de acuerdo con los criterios generales de mantenimiento establecidos por Adif para la Red Ferroviaria”. Sobre los incidentes, puntualizan que “la caída de algún árbol sobre la vía es un hecho aislado”. El mantenimiento de la vía se convierte en una cuestión complicada desde el punto de vista de la rentabilidad, debido a su poco uso. La emplean apenas tres regionales diarios entre la ciudad y O Carballiño, la única estación que está en la propia localidad; otro a Santiago, que se detiene en O Carballiño, O Irixo y Lalín, y trenes de mercancías, aunque alguno ya circula por la línea de alta velocidad. “Hai un nivel de mantemento correctivo, máis que preventivo”, comentan fuentes sindicales de la CGT ferroviaria. “É unha liña complicada, vai por trincheiras de terra”, añaden, lo que dificulta los trabajos de conservación. La infraestructura quedó “degradada a un segundo plano” tras la apertura de las vías nuevas. Futuro incierto El futuro de la línea parece borroso. Muchas de sus estaciones fueron clausuradas hace una década. En 2012, circulaban seis regionales diarios comunicando Ourense, O Carballiño, el Deza y la comarca de Santiago. Ahora, solo uno, y apenas suben viajeros. Los tiempos de viaje son poco competitivos frente a la autovía AG-53. Fuentes sindicales opinan que una posible solución al alejamiento de las estaciones de los núcleos de población podría ser el establecimiento de líneas de autobús en las horas de parada de los trenes, con colaboración de los concellos. Y coordinar horarios. “O servizo de proximidade entre Ourense e O Carballiño está bastante degradado”, lamentan, con frecuencias desajustadas que no permiten enlaces con otros trenes. El futuro de la línea también depende de que la línea de alta velocidad cambie su ancho de vía de ibérico a internacional. En este caso, la infraestructura antigua sería la única que conectase directamente Ourense y Santiago por ancho ibérico. En todo caso, su modernización requeriría una enorme inversión. Podría vertebrar el centro de Galicia con un servicio de proximidades, pero la solución parece lejana y complicada. De momento, cae lentamente en el olvido.