La madre de la brasileña asesinada deja la ciudad

La madre de la joven brasileña asesinada, María do Socorro Silva, de 26 años, cuyo cadáver apareció el 25 de febrero en el río Avia, abandonó ayer la ciudad prometiendo que regresaría para llevarse las cenizas de su hija a Brasil.
María Leidalva Silva emprendía viaje hacia Brasil a las 09.30 horas después de despedirse del grupo de inmigrantes que lideró una colecta ‘popular’ para repatriar el cadáver de la joven. ‘Les estoy muy agradecida. Si no fuera por vosotros nunca sabría dónde estaba enterrada mi hija, no me sería posible despedirme de ella’, aseguró.

La Vicepresidencia de la Xunta fue la encargada de sufragar el desplazamiento de María Leidalva a Ourense y correr con los gastos de su estancia en una casa de acogida. La mujer se desplazó a petición del grupo de inmigrantes para repatriar las cenizas, pero la titular del Juzgado de Instrucción de Ribadavia (encargada del caso) ordenaba que los restos de la joven fue enterrados en un panteón del cementerio de Santa Mariña por si era necesario realizarle una segunda autopsia. ‘Vine con la ilusión de llevar sus cenizas y no pudo ser, pero al menos sé del lugar en que está enterrada’, apuntó la mujer.

Una niña de ocho años María do Socorro Silva era madre de una niña de ocho años, a la que los inmigrantes entregaron todo el dinero, 4.170 euros, recaudado en la colecta. ‘Me voy satisfecha porque contaré a su hija cómo fue el entierro y el lugar en que está su madre. Algún día regresaremos juntas a buscar sus cenizas’, añadió la mujer, que carece de recursos económicos para costear el viaje.

En Brasil se gana la vida vendiendo café, que hace en su casa, en la calle.


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