El Concello hablará con Política Territorial y Patrimonio para efectuar una reforma en profundidad

El mal estado de la canalización de agua pone en 'serio peligro' el Puente Romano

Obras de mejora del socavón producido por la rotura de la canalización en el Puente Romano. (Foto: José Paz)
Evitar daños mayores e irreversibles. Este es el objetivo que abordará el Concello junto con la Consellería de Política Territorial y la Dirección Xeral de Patrimonio, con el fin de consensuar medidas para evitar que los reventones de la tubería que cruza el Puente Romano provoquen daños en el relleno de la estructura de este Bien de Interés Cultural. Las concejalías de Medio Ambiente e Infraestructuras han encargado sendos estudios técnicos para sentar las bases de una posible y necesaria renovación de esta canalización.
El Concello de Ourense y la Consellería de Política Territorial iniciaron ayer los contactos para buscar, de forma urgente, una solución a la situación de la canalización del Puente Romano (después de que sufriera una rotura el sábado). Este contacto, en el que intervienen las concejalías de Medio Ambiente e Infraestructuras (ambos departamentos están realizando estudios técnicos), también incluirá a la Dirección Xeral de Patrimonio, al ser el Puente Romano un Bien de Interés Cultural (BIC).

Aunque no existe todavía una fecha para el encuentro (el delegado de Política Territorial, Raúl Fernández, adelanta que será ‘canto antes’, ya que está a la espera de recibir los informes técnicos municipales para buscar una solución política que dé lugar a las obras de mejora), sí que está claro el objetivo: evitar el deterioro progresivo del monumento debido a los continuos reventones. Tal y como explica el concejal de Infraestructuras, el nacionalista Andrés García Mata, ‘a estructura da ponte non está dañada, pero as averías reincidentes poden afectar ao recheo e agravar a súa situación’, recalcando que la propuesta de Infraestructuras pasa por una nueva canalización. En los mismos términos se explica el edil socialista de Medio Ambiente, Demetrio Espinosa, que subraya que la intención del Concello reside en cambiar por completo la tubería que atraviesa el Puente Romano. ‘Tenemos que verificar el estado del relleno, que pudo ser arrastrado por el agua, y evitar que algo así vuelva a suceder’, explica, matizando que el mantenimiento del puente es competencia de Política Territorial (era una antigua carretera) y de Patrimonio, por su condición de BIC.

Demetrio Espinosa considera ‘urgente’ la actuación en el puente ‘porque si se suceden las averías en la tubería puede convertirse en un serio problema’, no tanto para la estabilidad de la estructura, sino para la propia calzada empedrada, ya que el relleno está por debajo de la misma, donde se asienta la tubería.


Obras urgentes hace 10 años

Cuando todavía soportaba el paso de 25.000 coches diarios, la estructura del Puente Romano se vio seriamente amenazada en julio de 1998 por un enorme bache que alarmó a la ciudadanía ourensana. Este socavón obligó a la Consellería de Política Territorial a iniciar de inmediato obras de emergencia en el monumento. Dos años antes, también había sido inyectado de hormigón para reforzar la estructura. La peatonalización del Puente Romano se produjo nada más finalizar las obras de eliminación del bache, en septiembre de ese mismo año, hace exactamente una década. Sin embargo, las obras que entonces se realizaron en ningún momento contemplaron la renovación de la canalización y en la actualidad, a falta de tráfico rodado, se ha convertido en el peor enemigo del emblemático monumento y uno de los símbolos de la ciudad. El responsable municipal de Medio Ambiente lamenta que si hace diez años ‘se hubiese reparado a fondo, aprovechando las obras de entonces que obligaron a intervenir en la calzada, otro gallo cantaría’, concluye Demetrio Espinosa.

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