Arturo González dirige la Orquesta sinfónica y fundó el Conservatorio del Estado de Falcón

Manos ourensanas en la música de Venezuela

Arturo González, en el salón de la casa donde descansa.  (Foto: Miguel Ángel)
El músico Arturo González Alvarez, oriundo de A Merca, es un experto musicólogo en el Estado de Falcón, en Venezuela, donde dirige la Orquesta Sinfónica y en el que ha creado el Conservatorio de Música, que ya tiene 700 alumnos. González, que pasa un período de descanso en Ourense, aspira ya a jubilarse.
La trayectoria vital de Arturo González Álvarez, natural de A Manchica (A Merca), lo llevó de Ourense a tierras latinoamericanas. La profesional, siempre vinculada a la música, pretende hacerlo en sentido inverso. A sus 80 años, y ya pensionista de la industria, como él dice, quiere jubilarse también de la música y visitar con más frecuencia su Ourense natal, donde ha estado estos días estableciendo contactos con gente del gremio para que, como él mismo explica, ‘se conozco acá mi trabajo’.

Arturo González abandonó ‘por ilusión’ su Ourense natal con sólo 22 años y se fue a América. Ese periplo le tuvo 13 años en Montevideo, contratado por la escuela sinfónica de Caracas, donde perfeccionó unos estudios musicales que había comenzado ya en España (trombón, armonía, lenguaje musical, dirección...). Y de ahí se fue a Punto Fijo, una ciudad al suroeste de la Península de Paraguaná en el estado Falcón (Venezuela), asumiendo la dirección de la Orquesta Sinfónica de Punto Fijo, cargo en el que ya lleva 19 años.

Este ourensano tiene a su cargo una orquesta sinfónica convencional con 86 integrantes, una juvenil con cerca de 70 miembros y una infantil con un centenar de componentes. Además, es el fundador del Conservatorio de Música de Falcón con 700 alumnos.

‘La música siempre fue mi vocación’, explica. Y la ha sabido aprovechar. Además de altas responsabilidades musicales en Venezuela, Arturo González tiene consigo varias condecoraciones por su trayectoria y una gran muestra de obras propias. ‘Siempre he estado luchando en la cultura latinoamericana y a veces lamento no poder hacer lo mismo en mi tierra natal’, indica. Pero ahora trabaja para que sus obras se conozcan en Ourense. Pasodobles, concierto para violín y orquesta, música para escuela, música coral... son sólo una pequeña muestra de su repertorio de composiciones que en su intento por difundirlo en Ourense le ha llevado ya a entablar contactos con la Banda de música de Ourense o la de Celanova, entre otras.

Y todo comenzó en su niñez con la admiración que sentía por la Banda de Música de A Manchica que, recuerda. Aunque también iba en los genes. Su padre tocaba el clarinete, su hermano el bombardino y tenía músicos entre sus primos.


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