Más madera en la Policía Local de Ourense

El avispero de la Policía Local de Ourense se agita por nuevos frentes. El más reciente se vivió el lunes mientras el oficial Adolfo Suárez recuperaba su plaza de movilidad tras pedir una excedencia voluntaria hace siete años y medio -el mismo día que tomaba posesión-. Atendiendo a la legislación, esa suspensión no le reservaba el puesto pero sí preferencia a una vacante de igual o similar categoría. De fondo está el tiempo transcurrido -compañeros ya han pedido explicaciones- y también, como se avisa en foros profesionales, el uso que le dan algunos agentes a los concursos de movilidad aprovechando lagunas legales. Así, a su plaza en Nigrán Suárez fue sumando Ourense, A Coruña, Cambados -anulada-, Pontevedra, Carballo y ahora protagoniza una curiosísima paradoja: la OPE del 2013 de la ciudad ofertaba 4 puestos de oficial -3 de promoción interna y 1 de movilidad- que con su reincorporación son 5. Porque esa plaza excedente ya tenía dueño desde 2018: el agente Germán Quiroga recurrió tras quedar cuarto en el examen interno y tras pasar por el Contencioso acabó logrando que el TSXG le otorgase la vacante y el ascenso -luego reclamó al Concello el dinero que había dejado de cobrar desde 2013-. Estuvo asesorado por Darío y Miguel Diéguez. Los casos de Diéguez Por ahí emerge otra de las tensiones que se recrudecen: el pasado laboral del propio Darío Diéguez. El abogado se convirtió en octubre del 2020 en uno de los asesores de Jácome. Llegó de la mano del “city manager”, Francisco Cacharro, con el que tiene una estrecha relación y entre sus cometidos está reorganizar la estructura de la Policía Local. Una misión que no pudo cumplir en su ciudad, Lugo: fichado como director general por Orozco en 2007 acabó cesado cuatro años más tarde tras una batalla con parte de la plantilla y la oposición -llegó a denunciar a un concejal del PP por una supuesta revelación de secretos archivada por el fiscal-. En la prensa se le reconocieron sus buenas intenciones pero la mano dura no funcionó: acusaciones cruzadas, expedientes, sanciones y más juzgados. A Diéguez lo llegaron a acusar de mandar espiar a un inspector para intentar demostrar una incompatibilidad laboral. Y fue imputado en un caso de retirada de multas -archivado-, dentro del torbellino que vivió Lugo gracias a las juezas Pilar de Lara y Estela San José. Después, Diéguez ha estado inmerso en varios casos vinculados a la Policía Local de Ourense. Además del ya mencionado, asesoró al agente que trabaja como instructor de tiro del cuerpo y busca que su puesto sea singularizado en la RPT para mejorar sus retribuciones -una relación de puestos sobre la que ahora Diéguez tiene influencia directa-. También ha defendido los intereses de varios guardias noveles que reclaman cobrar el sueldo íntegro: una reivindicación habitual de otras promociones al entender que en las prácticas realizan el mismo trabajo que sus compañeros pero que ahora, según apunta un agente que logró por vía judicial este reconocimiento salarial, ya será atendida en primera instancia por el Concello. Como última curiosidad, el abogado lucense está salpicado por otro frente municipal ourensano: su despacho lleva la denuncia presentada por el sindicato SAP contra los presupuestos del mismo Concello que ahora le paga a él las nóminas de asesor. El perfil del nuevo oficial Circula por algún wasap viejas informaciones sobre la trayectoria del ya nuevo oficial del cuerpo, Adolfo Suárez. Graduado en Ciencias Criminológicas, Policiales y Detective Privado, condecorado por su labor en la explosión de la pirotécnica de Tui y con un libro publicado -"El secreto de los almendros"-, la entrada en los titulares le llegó de jefe suplente de la Policía Local de Cambados. Un despacho difícil, por el que han pasado media docena de responsables en la última década, entre ellos el ourensano Maxi Cid -que tras dos comisiones de servicio vuelve a estar en esa villa-. En la etapa de Suárez (2016-18) otro agente denunció un posible trato de favor de la alcaldesa, Fátima Abal, hacia el oficial apoyándose en unas horas extra y el uso de un coche municipal. Acabaron imputados: ella por malversación y él por cohecho. También se recuerda una plaza de oficial que la alcaldesa convocó, él ganó y el Concello anuló atendiendo al asesor jurídico en un día que, según Faro de Vigo, Abal no estaba. Suárez recurrió y el Contencioso dio la razón al Ayuntamiento. El PP acusó a la regidora de intentar colocarlo de forma “obsesiva” y él se defendió en Facebook con un mensaje remachado con su nómina: 1.400 euros. Cifra que en Ourense podría mejorar en un 60-70%, ya que todos los oficiales asumen labores de inspectores. Nuevas tensiones Y la marejada sigue sumando distorsiones. Está el agente investigado por un asunto de compraventa de maquinaria. Está la relación de Telmo Ucha con Diéguez. Se habla de falta de confianza mutua, y lo cierto es que, curiosidad o no, el edil cogió la baja por covid el 31 de enero y la comisión de servicios para el ascenso temporal de dos agentes se desatascó el 4 de febrero. Un plan que esconde otra batalla: al suprimir el tope de mérito por años trabajados las bases inclinan la balanza hacia los funcionarios más veteranos y en teoría más cercanos a Jefatura. María Barrera ya planteaba ese criterio en su informe de enero solicitando esos refuerzos pero, al parecer, Ucha apelaba a lo fijado por la Xunta para promociones internas. Ahora queda el eco de los perjudicados, el ruido de sables en las peleas internas y a Diéguez repitiendo una frase: “Hay que contentar a todos”. Precariedad y servicios sin atender En diciembre y enero la Policía Local vivió varias noches sin jefes en su operativo. Lo relató este periódico y se lo transmitió también al Concello la intendente Barrera en el informe en el que urgía el ascenso temporal de dos agentes: “Era y sigue siendo materialmente imposible garantizar la presencia de, al menos, un mando intermedio las 24 horas del día todos los días del año, con las consecuencias para la buena marcha del servicio". Expone ahí viejas demandas y el daño al vecino: "Este servicio no puede continuar por más tiempo en esta situación. Se hace imposible trabajar, dentro de unos mínimos parámetros de la normalidad (...) afectando a la marcha, planificación, seguimiento, supervisión, calidad y eficacia del servicio. Afectando al servicio que la ciudadanía merece". El documento acabó circulando entre la plantilla y en el sector crítico recuerdan que las carencias no pueden ocultar que, ocho años después de asumir el cargo, su jefa no haya roto dinámicas que lastran al cuerpo desde la época de Abelardo Ulloa. Nuevas polémicas Excedencia El oficial Adolfo Suárez pidió la excedencia el mismo día que cogió su plaza en 2013. Siete años y medio después vuelve a un puesto que había cubierto otro agente y compañeros piden información sobre el proceso. Pasado y presente El nuevo mando tuvo lío judicial en Cambados. También se señala el pasado del asesor Diéguez, con exclientes en el cuerpo que ahora reestructura. Y ahí está también un agente con un episodio judicial pendiente.