La crisis económica y el fin de las desgravaciones fiscales son los principales factores que están incidiendo actualmente en la evolución del mercado inmobiliario.
De hecho, los datos constatan que en los últimos meses se produce un ligero incremento en las ventas de vivienda con respecto al mismo periodo del año pasado, mientras la concesión de hipotecas -cuyos últimos datos fueron dados a conocer ayer- no crece. Una circunstancia que se debe fundamentalmente, según explica el presidente de la Asociación de Inmobiliarios de Ourense, Benito Iglesias, a que buena parte de los compradores que tienen actualmente no recurren a financiación ajena o lo hacen en pequeñas cuantías. Se trata de un perfil de clientes que se interesa por pisos de segunda mano en los barrios de las afueras (O Vinteún, Barrocás, o las zonas más alejadas de los de O Couto o A Ponte), y realiza una adquisición de entre 80.000 y 120.000 euros, con el fin de destinar la vivienda al alquiler.
El otro perfil de clientes que tienen actualmente las inmobiliarias es el de personas que abrieron una cuenta vivienda y deciden ya realizar la compra, puesto que a partir del próximo año se eliminan las desgravaciones fiscales para personas con ingresos anuales superiores a los 24.000 euros. En este caso, los clientes se interesan por pisos preferentemente nuevos, ya que los quieren para vivir, e invierten 180.000 euros. Optan fundamentalmente por zonas como la Residencia, O Couto, As Lagoas o A Saínza. En todo caso, también dentro de este grupo hay compradores que se ven condicionados por las restricciones financieras y, si no logran la hipoteca que necesitan, optan por pisos más económicos.
Así, los agentes inmobiliarios explican que es esta circunstancia -el fin de los incentivos fiscales para las rentas de más de 24.000 euros- una de las que más está moviendo el mercado, a pesar del incremento del IVA (de hecho, la subida de ventas que se registró en junio continuó en verano).
ALQUILER
La situación del mercado de alquiler, por su parte, se mantiene estable en los últimos meses, y persisten las dificultades que existían anteriormente. Así, la oferta de pisos es escasa, sobre todo en el centro, donde es difícil encontrarlos por menos de 550 euros mensuales. De ahí que el mercado se mueva más en los barrios, en donde el importe de los alquileres oscila entre los 300 y 400 euros. Los precios se mantienen estancados y los agentes inmobiliarios opinan que quizá en próximos meses podrían reducirse ligeramente, ya que los clientes buscan pisos de entre 300 o 350 euros, y no pueden pagar más por la difícil situación económica. Además, los propietarios mantienen sus exigencias a los futuros inquilinos, con demandas de fianza que incluso pueden llegar a los seis meses, y requieren como condición imprescindible la justificación de ingresos.
El otro perfil de clientes que tienen actualmente las inmobiliarias es el de personas que abrieron una cuenta vivienda y deciden ya realizar la compra, puesto que a partir del próximo año se eliminan las desgravaciones fiscales para personas con ingresos anuales superiores a los 24.000 euros. En este caso, los clientes se interesan por pisos preferentemente nuevos, ya que los quieren para vivir, e invierten 180.000 euros. Optan fundamentalmente por zonas como la Residencia, O Couto, As Lagoas o A Saínza. En todo caso, también dentro de este grupo hay compradores que se ven condicionados por las restricciones financieras y, si no logran la hipoteca que necesitan, optan por pisos más económicos.
Así, los agentes inmobiliarios explican que es esta circunstancia -el fin de los incentivos fiscales para las rentas de más de 24.000 euros- una de las que más está moviendo el mercado, a pesar del incremento del IVA (de hecho, la subida de ventas que se registró en junio continuó en verano).
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La situación del mercado de alquiler, por su parte, se mantiene estable en los últimos meses, y persisten las dificultades que existían anteriormente. Así, la oferta de pisos es escasa, sobre todo en el centro, donde es difícil encontrarlos por menos de 550 euros mensuales. De ahí que el mercado se mueva más en los barrios, en donde el importe de los alquileres oscila entre los 300 y 400 euros. Los precios se mantienen estancados y los agentes inmobiliarios opinan que quizá en próximos meses podrían reducirse ligeramente, ya que los clientes buscan pisos de entre 300 o 350 euros, y no pueden pagar más por la difícil situación económica. Además, los propietarios mantienen sus exigencias a los futuros inquilinos, con demandas de fianza que incluso pueden llegar a los seis meses, y requieren como condición imprescindible la justificación de ingresos.
