La rehabilitación de la Praza de Abastos de A Ponte estará finalizada 'antes de que remate o ano', según explicó ayer el alcalde de la ciudad, Agustín Fernández, en su visita a las obras, en la que estuvo acompañado por la concejala de Urbanismo, Áurea Soto, y el equipo redactor del proyecto. El plazo estimado para la finalización de los trabajos es el mes de noviembre.
El nuevo mercado tendrá 'oito ou nove postos de venta e unha grande área de degustación', con una cafetería en la planta principal, aseguró el arquitecto Alfredo Freixedo. En la primera planta, con sala de exposiciones, se mantendrán espacios -aunque diferenciados- para la asociación de vecinos y la biblioteca -con zona infantil y otra de adultos-, que circundarán un pequeño patio para niños.
La futura plaza pontina se mira en el espejo del mercado de San Miguel de Madrid, al conjugar la venta de productos frescos con el espacio para la degustación y la exposición. Será completamente accesible y, a diferencia de lo que ocurría hasta ahora, la planta noble estará comunicada interiormente con el primer piso. El único cambio en el proyecto, sin modificación económica, afecta al sótano, que aumenta unos 100 metros cuadrados con respecto al proyecto original y que servirá para bodegas de los puestos. Esta modificación se compensa con el empleo de otro material de pavimento en la planta baja, al sustituir el granito proyectado por un gres porcelánico.
Para Agustín Fernández, la reforma del mercado pontino es 'a obra máis importante' que se está realizando en la ciudad y tiene un coste de dos millones de euros, fruto de un convenio con el Ministerio de Fomento. A su juicio, 'os comerciantes gañarán en competitividade e os cidadáns terán unhas instalacións magníficas para poder facer á súa compra'.
Con respecto al futuro de los comerciantes, el Concello aclaró que 'habrá un nuevo concurso (para la concesión de los puestos) pero se tendrán en cuenta las sensibilidades' de los que venían realizando su labor en el mercado y que ahora ocupan las instalaciones provisionales ubicadas en la plaza posterior al mercado.
La futura plaza pontina se mira en el espejo del mercado de San Miguel de Madrid, al conjugar la venta de productos frescos con el espacio para la degustación y la exposición. Será completamente accesible y, a diferencia de lo que ocurría hasta ahora, la planta noble estará comunicada interiormente con el primer piso. El único cambio en el proyecto, sin modificación económica, afecta al sótano, que aumenta unos 100 metros cuadrados con respecto al proyecto original y que servirá para bodegas de los puestos. Esta modificación se compensa con el empleo de otro material de pavimento en la planta baja, al sustituir el granito proyectado por un gres porcelánico.
Para Agustín Fernández, la reforma del mercado pontino es 'a obra máis importante' que se está realizando en la ciudad y tiene un coste de dos millones de euros, fruto de un convenio con el Ministerio de Fomento. A su juicio, 'os comerciantes gañarán en competitividade e os cidadáns terán unhas instalacións magníficas para poder facer á súa compra'.
Con respecto al futuro de los comerciantes, el Concello aclaró que 'habrá un nuevo concurso (para la concesión de los puestos) pero se tendrán en cuenta las sensibilidades' de los que venían realizando su labor en el mercado y que ahora ocupan las instalaciones provisionales ubicadas en la plaza posterior al mercado.
