Un metropolitano que no rueda

Un autobús procedente de Barbadás, parado en el intercambiador de As Lagoas (Foto: MARTIÑO PINAL)
El proyecto del transporte metropolitano es de largo recorrido, y lo que le queda. A falta de un giro en la situación, todo hace pensar que su puesta en marcha se demorará mucho más allá de los cinco meses de plazo que concede el grupo municipal del PP en la moción que hoy presenta en el pleno para instar al Concello a que agilice este servicio.
La institución municipal y la Xunta llevan tiempo lanzándose mutuamente la pelota con el resultado de que los más de 135.000 vecinos que se calcula podrían beneficiarse de este servicio -que en 2004 se preveía a un año vista- carecen todavía de un transporte público coordinado y continuado con la ciudad.

Con el camino despejado en los otros municipios implicados (Amoeiro, Barbadás, Pereiro de Aguiar, San Cibrao, Coles, Toén, Punxín), las dificultades se centran en la ciudad. El Concello ourensano, el único que no ratificó en pleno el convenio, entiende que el documento que ofrece la Xunta no garantiza su autonomía para decidir en materia de tráfico y alega informes técnicos sobre posibles consecuencias negativas, tanto en lo que respecta a la circulación, como a la concesión del transporte urbano, ya que considera que la adjudicataria podría considerarse perjudicada si los autobuses metropolitanos entran en la ciudad y reclamar judicialmente una indemnización económica.

Por ello, la institución municipal envió en febrero una propuesta para asegurar la potestad de decidir en lo que respecta a la ordenación del tráfico y, con ello, a la ubicación de los intercambiadores.

'O Concello ten interese en que exista o transporte metropolitano pero debemos manter a capacidade de organizar a mobilidade no municipio e respectar os compromisos contractuais do Concello, que en ningún momento pode facer unha aportación económica extra', explica el alcalde, Francisco Rodríguez, con argumentos que para el portavoz del PP, Rosendo Fernández, son 'excusas de mal pagador', ya que entiende que 'hai que ver o interese xeral e se hai algún perxudicado, chegar a acordos, que para eso está un goberno'.

Con todo, la propuesta del Concello no ha recibido respuesta formal de la Xunta, aunque la Consellería de Medio Ambiente, Territorio e Infraestructuras insta al Concello a que dé luz verde a la implantación de la tarjeta metropolitana 'xa, para que entre en vigor o ano que vén', de forma que los usuarios de los servicios que están en funcionamiento en la actualidad puedan beneficiarse de descuentos. Sobre las demandas que realiza el gobierno municipal, la consellería explica que 'se poden negociar', y entienden que la puesta en funcionamiento de la tarjeta ya es posible.

El plan de la Xunta, que preveía en 2015 un total de 8,8 millones de desplazamientos en el área metropolitana de Ourense -frente a los 6,9 millones que se obtendrían sin ninguna actuación-, tiene en la ubicación de los intercambiadores uno de los principales caballos de batalla. La postura municipal aboga por que los autobuses lleguen a unas paradas, que estarían ubicadas en los accesos a la ciudad, y a partir de ahí, los usuarios se desplazasen por la ciudad a pie o en autobuses urbanos, de forma que se evitaría, por un lado, el tránsito de estos vehículos por la ciudad -el proyecto inicial contemplaba el acceso de 148 autobuses diarios- y, por el otro, no harían competencia a la concesionaria de autobuses urbanos.

La Xunta proponía en un principio ubicar los intercambiadores principales en Juan XXIII y la Alameda, y, aunque en la actualidad asegura que está dispuesta a negociar su intención era que los autobuses atravesaran la ciudad.

LOS ALCALDES PIDEN 'VONTADE POLÍTICA' PARA SU IMPLANTACIÓN'

Todos los alcaldes coinciden en señalar la necesidad de poner en marcha el transporte metropolitano. Aún respetando la autonomía de Ourense para regular el tráfico, no todos dan la misma importancia a si los autobuses deben entrar en la ciudad. 'La gente, si no les pones las cosas cómodas, no las usa', explica el alcalde de Barbadás, José Manuel Freire Couto, quien considera viable que los autobuses lleguen a la parte trasera de la Praza de Abastos. Para otros, como el de Punxín, Manuel Vázquez, 'sería mejor que atravesase la ciudad, pero si no hay otro remedio, lo importante es que se ponga en marcha'. Los de Coles, Amoeiro o Pereiro no ven mal quedar en A Ponte o San Francisco.

Con todo, 'o principal é que haxa vontade política. Que o poñan en marcha e despois se hai algún problema sempre estaremos a tempo de arreglalo', señala el teniente de alcalde de Pereiro, Manuel Doval. Algo en lo que coinciden los regidores de Amoeiro y Coles, Rafael Rodríguez y Manuel Rodríguez, respectivamente, aunque ellos culpan a la Xunta. 'Si quisiera llevarlo a cabo, ya estaría en marcha pero eso implica una inversión (se preveía que sería de 5,3 millones hasta 2015) y supongo que ahora está menos dispuesta que nunca', dice el primero, mientras que su homólogo de Coles señala que 'no está dando pasos porque no se reunió con el tercer pie del proyecto, las concesionarias del transporte'. Mientras, los de Toén y San Cibrao, Amancio Cid y Manuel Fernández, urgen el servicio. Para el segundo, Ourense 'xa tivo tempo de estudiar' las repercusiones en el tráfico.

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