La crisis del ladrillo y el paso de la alta velocidad ferroviaria han rebajado a muy poco las perspectivas de edificabilidad en el castro de Oira y en Oira, en la margen derecha del Miño.
En el primer caso, la inmobiliaria Mahía llegó a comprar decenas de miles de metros cuadrados para construir hasta 1.000 viviendas, en tiempos en los que la construcción iba viento en popa. Lo permitía el planeamiento urbanístico de 2003, anulado, y ahora el nuevo Plan, pendiente todavía de aprobar, rebaja las pretensiones del ladrillo a un parque urbano.
Mahía, azotada por la crisis, ya había renunciado a su modelo de urbanización en ese entorno, porque, además, el diseño de la línea del AVE por fuera de la ciudad hasta Velle, atraviesa ese entorno tras cruzar el río, en dirección a O Vinteún y A Ponte.
Otra zona urbanizable en Oira, aguas arriba del puente del viaducto, también en la margen derecha del Miño, podría quedarse en un parque urbano si prospera el actual Plan en tramitación; el anterior planeamiento preveía cinco bloques de viviendas, con la peculiaridad de que se iban a construir en zona inundable, algo que ahora se ha descartado.
Precisamente la llegada de la alta velocidad ferroviaria y la construcción de una estación intermodal en el barrio de A Ponte ha dejado en el aire el modelo urbanístico a desarrollar en los terrenos propiedad del Ministerio de Fomento en ese entorno. Son 113.000 metros cuadrados destinados a la edificación residencial, para costear la construcción de las infraestructuras ferroviarias. Pero no aparecen en el Plan ahora en tramitación porque deberán ser objeto de un convenio entre el Concello, el Ministerio y la Xunta. Sólo entocnes se decidirá la recalificación del suelo y el alcance de la edificabilidad, en otro de los puntos de la ciudad, con la Ronda Bulevar, donde habrá más desarrollo. n
