EN CLAVE

Qué hay de lo mío, dicen los alcaldes

Los alcaldes, alguno al menos, se han vuelto Willy Fog y viajan a todos lados para abrir todos los despachos. Los demás, mientras esperamos, vamos tomando algo. 

Lunes, 13. Como Obelix o el león del Serengueti

Hay quien dice que nuestros irrefrenables deseos de larpeiradas y enchentas provienen de costumbres heredadas de las privaciones de la posguerra. Que nació en nosotros un incontrolable deseo de devorarlo todo en un solo día, fiesta a poder ser, aunque el ayuno volviese al día siguiente. Una boda en la que no sobran las tres cuartas partes del menú, porque ya no puedes más,ni es boda ni es nada. Si no te sientas a comer a las tres y dan las ocho y tú en ello, eso es una tacañada. Hay otras teorías, igualmente creíbles, que asocian los genes de los gallegos con los de Obelix, el fiel compañero de Asterix de la Galia. Nosotros, como el gordinfón personaje del cómic, también nos caímos de pequeños en la marmita en la que se preparaba la pócima mágica que nos convierte en teóricos forzudos mozatones que combaten puño en ristre a todo el que se pone por delante. Como él, lo mismo llevamos menhires al hombro que nos sentamos a la mesa para comer a dos manos un jabalí. Centenares de Obelix se lanzan cada fin de semana a decenas de fiestas gastronómicas que invaden la provincia. El fin de semana pasado, unas cuantas. Las fotos, con bandejas a reventar y sudorosos comensales dándole a la cachena, parecen del National Geographic. Como las del león del Serengeti devorando su presa. 

Martes, 14. Una de alcaldes muy viajeros

Creo que un alcalde debe entrar a muchos despachos a preguntar qué hay de lo mío. Un político debe moverse mucho, no formar parte del mobiliario del despacho. Franco no salía nunca de España, primero porque no lo podían ver más allá de los Pirineos, y segundo porque no quería dejar el solar patrio, que decía él, por si había tentaciones de moverle la silla. Los alcaldes llaman a puertas que no siempre se abren. Agustín Fernández, el último regidor de la ciudad no salió mucho y, si lo hizo, no consiguió mucho. Su sucesor, Jesús Vázquez, está saliendo, que es lo que debe hacer. Otra cosa es el resultado: foto el martes con Feijoo estrechándole la mano y grandes propósitos de colaboración. No siempre es fácil conseguir una entrevista con representantes de otras administraciones. Manuel Cabezas envió un montón de cartas a la inefable ministra de Fomento, Magdalena Álvarez, para mantener una entrevista y no le respondió a ninguna. Touriño y Quintana, en sus épocas en la Xunta, recibieron críticas del PP por "sectarismo" institucional. El no menos inefable alcalde de Melón, Alberto Pardellas, poco menos que acampó ante el Ministerio de Vivienda de Beatriz Corredor exigiendo una entrevista que no consiguió ni con el vigilante jurado. Los encuentros entre mandatarios de distintas administraciones debería ser algo normal y asumido por todos los partidos. Las diferencias políticas no deberían privar al menos de una charla de café. Jesús Vázquez, a lo que íbamos, estuvo con Feijoo y habrá que ver cómo cuaja lo acordado en la reunión. De momento ya sabemos que se pueden cambiar las luces fundidas del puente del Milenio (inaugurado en el 2002) y pintar los tirantes. Quince años después ya han reparado que las cosas requieren su mantenimiento. 

Miércoles, 15. El calendario es intercambiable

El calendario aturde y El Almendro no regresa a casa por Navidad porque ya no se va. Nadie espera rebajas porque las hay todo el año. En agosto, reptando en la búsqueda de una sombra, encuentras un escaparate con abrigos y bufandas porque se anuncia el avance de temporada. Con la maleta en la puerta para escapar de vacaciones los medios te recuerdan que la lotería de Navidad llega antes de que te lo esperes y que puede tocar en ese chiringuito en el que tomas la cerveza ignorando el cartel que dice "A la venta Lotería de Navidad". El comercio ourensano quiere ya la campaña de Navidad, decía un titular el miércoles. Los empresarios del sector se reunieron con el nuevo gobierno municipal y piden con tiempo que la ciudad se prepare para la campaña que a ellos le permite levantar la paletilla. El comercio vive en un jet lag permanente por culpa de la crisis y nosotros a caballo entre el pasado y el futuro, casi sin vivir el presente. 

Jueves, 16. Modos de sequía y el arte de llover

Xosé Antonio Jardón Dacal, en la tertulia de Telemiño, se arrancó citando el jueves a Pablo Neruda en Confieso que he vivido. Sin que se le moviese el bigote dijo recordando al poeta chileno: "Comenzaré por decir que de los días y años de mi infancia, el único recuerdo inolvidable fue la lluvia". Otro día más por encima de los 30 grados y sobrevolados por aviones (ahora medios aéreos) que intentan sofocar incendios. Lo citó mirando la primera página del periódico y las referencias que había sobre la irracional deriva del fuego y la alusión a que las restricciones de agua en algunos concellos pueden estar cerca. Jardón no lo citó, pero Neruda dijo también un párrafo más abajo en sus memorias: "Por mucho que he caminado se ha perdido ese arte de llover que se ejercía como un poder terrible en mi Araucania natal". 

Viernes, 17. Más allá de las notas de prensa

No una, sino hasta cinco notas de prensa entraron el jueves en la redacción para comunicar que la plaza de abastos contaría con 3,6 millones de euros para una reforma por la que espera veinte años. No uno, sino hasta cinco o seis, o siete, u ocho... políticos salieron a col- garse la medalla de unas gestiones ya pretéritas y de un resultado, no nos engañemos, que nadie se creía. Discretos, los rianxeiros volvieron a la plaza, al calor en verano, al frío en el invierno. Los industriales, posiblemente más ilusionados. Entre ellos, Milucho, su presidente.

Sábado, 18. El telegrama para los de siempre

Solo queda para un telegrama: Sigue ardiendo. Stop. Los políticos echándose la culpa. Como ayer, como hoy, como mañana. Stop. Pero sigue ardiendo. Stop. 

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