La Misa Crismal en la Catedral fue concelebrada por 115 sacerdotes de distintas parroquias

El obispo reclama espiritualidad al clero

Los sacerdotes desfilan entre los fieles para participar en la Misa Crismal con el obispo. (Foto: José Paz)
El Miércoles Santo tradicionalmente lo dedica la Iglesia al sacerdocio. La Misa Crismal fijada para el Jueves Santo se trasladó, como en otras muchas diócesis, al miércoles con la finalidad de facilitar al clero la participación y, así, quedar libres y poder atender a los fieles en sus distintas parroquias el Día de Jueves Santo.
La iglesia diocesana se centró en el día en el sacerdocio. La Misa Crismal así lo exige. El sacerdocio ministerial así como el sacerdocio común de los fieles.

A lo largo de la tarde, el clero asistió en la parroquia de Santa Eufemia a un retiro que dirigió el director del Instituto Teológico y Canónigo, José Antonio Gil Sousa. Terminado el retiro, a las siete y media de la tarde, los sacerdotes, que sobrepasaban el centenar, concelebraron con el obispo, Luis Quinteiro, la Misa Crismal en el primer templo diocesano, que estaba abarrotado de fieles.

Homilía

Quinteiro comenzó recordando que el sacerdote es, antes que nada, ’un pastor’. Por ello subrayó que ’debe dar prioridad absoluta en su vida a la Palabra de Dios, en un hombre de oración, que perdona, que recibe y celebra los sacramentos como acto de oración. Es un hombre de caridad vivida y realizada’.

Recalcó después que ’la espiritualización del trabajo pastoral de cada día es fundamental, la celebración de la misa, el rezo de la Liturgía de las Horas y la meditación diaria, así como el Rosario’.

La Iglesia no es una organización supranacional, administrativa o de poder, ni una agencia social, por ello, ’la pastoral no debería ser jamás una simple estrategia o labor administrativa, sino trabajo espiritual’, concluyó.

Además de la Misa Crismal de los sacerdotes con el obispo, la Semana Santa llenó ayer de actos religiosos los templos de la provincia. Los fieles participaron en el tradicional ’VIII Vía Crucis da Serra’, que organiza la Asociación para el desarrollo de A Lamalonga (A Veiga). Los romeros salieron a las dos de la tarde del Alto da Portela para recorrer en procesión más de 14 kilómetros.

Mientras, los vecinos de la localidad de A Xironda (Cualedro) vivieron su Procesión de los Faroles, que salió del centro de la localidad hasta la iglesia parroquial, y que atrajo incluso a fieles del otro lado de la ’raia’ con Portugal.

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