Los fallecidos por el descarrilamiento del tren Alvia en el lugar de Angrois, a cuatro kilómetros de Santiago, son, de momento, 80 personas, pero aún hay 33 personas que permanecen en estado crítico, entre ellos cuatro niños. Con todo, había motivos para la esperanza porque, según fuentes del Hospital Clínico de Santiago, donde están la mayoría de los más graves (27 de los 33), el último fallecimiento se había producido, a media tarde de ayer, nueve horas antes, por lo que la esperanza de vida se acrecentaba a medida que pasaban las horas.
Entre los fallecidos y aunque no hay notificación oficial porque finalmente la Xunta aplazó la publicación de la lista de víctimas motales, figuran cuatro ourensanas, tres jóvenes de entre 18 y 24 años -Carolina Besada (18), Eva Pérez Seara (24) y Celtia Uxía Cabido Prado (21)- y una mujer de 45, Ana Alvarez Carballo, que viajaba con su hija a Santiago; la pequeña salvó la vida y permanece hospitalizada en la capital gallega. Por el cuerpo sin vida de su madre aguardaban a última hora de la tarde varios familiares, para trasladarlo a Melias (Pereiro de Aguiar) de donde es natural y donde está previsto que sea enterrada.
EL DESTINO DE LAS FALLECIDAS
Al pabellón multiusos del Sar, convertido en tanatorio pues allí son llevados todos los cadáveres, seguían llegando ayer los familiares de los fallecidos identificados. De hecho, 26 familias ya pudieron recuperar los cadáveres, entre ellas las de las dos jóvenes ourensanas de Xunqueira de Ambía Celtia Cabido Prado y Eva Pérez Seara, cuyos cuerpos llegaron a medianoche y en medio de intensas escenas de dolor al pabellón de la localidad ourensana, convertido en capilla ardiente. Está previsto que sean enterradas esta tarde, aunque al cierre de esta edición no estaba decidida la hora.
También llegaba a Ourense con la madrugada el cuerpo de Carolina Besada Garrido, en este caso al tanatorio As Burgas pues ella está afincada en la ciudad. La joven, de 20 años, será incinerada hoy en Santa Mariña y habrá un funeral por la tarde (18 horas) en la iglesia de Santo Domingo.
No obstante, no todos los cuerpos han sido trasladados del tanatorio, puesto que no todas las familias han decidido el proceso a seguir y en algunos casos, las funerarias no se han podido hacer cargo aún de los cuerpos dado que las víctimas procedían de diferentes lugares, algunos alejados.
HERIDOS OURENSANOS
También hay heridos ourensanos, al menos cuatro, repartidos por hospitales de Ourense, Santiago y Pontevedra. Pero la magnitud de la catástrofe prolongó la incertidumbre y la confusión hasta el punto de que la identidad de los lesionados, mismo de las víctimas mortales, tardó en poder ser confirmada. Incluso baila el número de plazas vendidas en Ourense para el tren siniestrado, que oscila entre los 16 detallados en la madrugada de ayer y los 17 que se confirmaron posteriormente -Renfe no especificó el dato-, sin que se conozca a ciencia cierta el estado de todos los viajeros que adquirieron el billete en la estación Empalme.
El vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, comparecía ayer por la tarde para ofrecer el balance de víctimas mortales, una pavorosa cifra de 80 personas que perdieron la vida, de las que 73 murieron en el lugar del accidente y las otros siete en hospitales.
Pero, además, hay en total 94 heridos que a última hora de la tarde seguían ingresados en centros hospitalarios, de los cuales 33 adultos estaban en estado crítico y cuatro niños padecían esa misma condición, según detalló la conselleira de Sanidade, Rocío Mosquera, que acompañaba a Rueda en la comparecencia. Según ella, todos los heridos fueron ya identificados, y sus familias localizadas.
Sin embargo, aún quedan 13 cadáveres por identificar. Porque un total de 67 fallecidos en el tren accidentado ya tienen identidad y a 60 ya se les practicó la autopsia ayer, pero esos 13 quedan pendientes de nuevas pruebas que se practicarán hoy, viernes. Según informó el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, se examinarán los cuerpos, en muy mal estado, para comprobar si tienen alguna característica física que permita una identificación inequívoca, como prótesis o tatuajes. En caso contrario, se hará una prueba de ADN. Para ello, desde primera hora del día se han tomado muestras a los familiares por si fuesen necesarias. La intención es tener los resultados que faltan en dos o tre días.
El vicepresidente de la Xunta señalaba ayer que la prioridad en este momento sigue siendo la atención a las víctimas en el siniestro, así como a sus familias. Este fue el último balance ofrecido por la Xunta de Galicia pasadas ya las diez de la noche y supone siete ingresados menos que los contabilizados a primera hora de la tarde, aunque hay dos más en estado crítico.
EL DESTINO DE LAS FALLECIDAS
Al pabellón multiusos del Sar, convertido en tanatorio pues allí son llevados todos los cadáveres, seguían llegando ayer los familiares de los fallecidos identificados. De hecho, 26 familias ya pudieron recuperar los cadáveres, entre ellas las de las dos jóvenes ourensanas de Xunqueira de Ambía Celtia Cabido Prado y Eva Pérez Seara, cuyos cuerpos llegaron a medianoche y en medio de intensas escenas de dolor al pabellón de la localidad ourensana, convertido en capilla ardiente. Está previsto que sean enterradas esta tarde, aunque al cierre de esta edición no estaba decidida la hora.
También llegaba a Ourense con la madrugada el cuerpo de Carolina Besada Garrido, en este caso al tanatorio As Burgas pues ella está afincada en la ciudad. La joven, de 20 años, será incinerada hoy en Santa Mariña y habrá un funeral por la tarde (18 horas) en la iglesia de Santo Domingo.
No obstante, no todos los cuerpos han sido trasladados del tanatorio, puesto que no todas las familias han decidido el proceso a seguir y en algunos casos, las funerarias no se han podido hacer cargo aún de los cuerpos dado que las víctimas procedían de diferentes lugares, algunos alejados.
HERIDOS OURENSANOS
También hay heridos ourensanos, al menos cuatro, repartidos por hospitales de Ourense, Santiago y Pontevedra. Pero la magnitud de la catástrofe prolongó la incertidumbre y la confusión hasta el punto de que la identidad de los lesionados, mismo de las víctimas mortales, tardó en poder ser confirmada. Incluso baila el número de plazas vendidas en Ourense para el tren siniestrado, que oscila entre los 16 detallados en la madrugada de ayer y los 17 que se confirmaron posteriormente -Renfe no especificó el dato-, sin que se conozca a ciencia cierta el estado de todos los viajeros que adquirieron el billete en la estación Empalme.
El vicepresidente de la Xunta, Alfonso Rueda, comparecía ayer por la tarde para ofrecer el balance de víctimas mortales, una pavorosa cifra de 80 personas que perdieron la vida, de las que 73 murieron en el lugar del accidente y las otros siete en hospitales.
Pero, además, hay en total 94 heridos que a última hora de la tarde seguían ingresados en centros hospitalarios, de los cuales 33 adultos estaban en estado crítico y cuatro niños padecían esa misma condición, según detalló la conselleira de Sanidade, Rocío Mosquera, que acompañaba a Rueda en la comparecencia. Según ella, todos los heridos fueron ya identificados, y sus familias localizadas.
Sin embargo, aún quedan 13 cadáveres por identificar. Porque un total de 67 fallecidos en el tren accidentado ya tienen identidad y a 60 ya se les practicó la autopsia ayer, pero esos 13 quedan pendientes de nuevas pruebas que se practicarán hoy, viernes. Según informó el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, se examinarán los cuerpos, en muy mal estado, para comprobar si tienen alguna característica física que permita una identificación inequívoca, como prótesis o tatuajes. En caso contrario, se hará una prueba de ADN. Para ello, desde primera hora del día se han tomado muestras a los familiares por si fuesen necesarias. La intención es tener los resultados que faltan en dos o tre días.
El vicepresidente de la Xunta señalaba ayer que la prioridad en este momento sigue siendo la atención a las víctimas en el siniestro, así como a sus familias. Este fue el último balance ofrecido por la Xunta de Galicia pasadas ya las diez de la noche y supone siete ingresados menos que los contabilizados a primera hora de la tarde, aunque hay dos más en estado crítico.
