ANÁLISIS

Ourense, con el freno de mano

photo_camera Gonzalo Jácome.
Mientras el resto de ciudades gallegas ya comienzan a trabajar a pleno rendimiento, habiendo celebrado todas, excepto Ferrol, al menos su primera sesión plenaria de carácter ordinario, el gobierno ourensano sigue esperando.

Decía el alcalde de Ourense, Gonzalo Pérez Jácome, en su investidura que "a mí me gusta aplazar las cosas" y no ha tardado en demostrarlo en sus primeras semanas al frente del Concello, en las que la improvisación parece estar presente en buena parte de las decisiones que tiene que adoptar para poner en marcha una administración que, al menos de momento, camina al ralentí, con el freno de mano puesto.

"Hoy no, mañana", fue una de las frases más pronunciadas mientras no se terminaba de cerrar el reparto de las competencias a los concejales del grupo de gobierno, una decisión que fue posponiendo y que no fue oficial hasta el 26 de junio, día en el que se conocía la primera de las renuncias en las filas de DO, que en menos de tres semanas perdió dos ediles, al anunciar su salida también Ana Isabel Rebanales.

Ambas concejalas, sin embargo, siguen sin reemplazo al no haberse celebrado todavía ningún pleno más allá del obligatorio por ley, que fue el 5 de julio, para dar cuenta de la organización del pleno y fijar las dedicaciones y sueldos de la Corporación, dando cuenta también del adiós de Ana Isabel Bertólez.

Durante las últimas semanas se especuló con diferentes fechas para celebrar el primer pleno de carácter ordinario. 15 de julio, 29 de julio, 5 de agosto y, la que parece que será la definitiva, pese a no estar todavía convocado oficialmente, del viernes 9 de agosto.

El caso es prácticamente único entre las ciudades gallegas, ya que solo Ferrol y Ourense no han sido capaces todavía de celebrar una sesión plenaria para debatir las primeras mociones o desbloquear operaciones importantes.


Los trámites pendientes para aumentar la plantilla de asesores, entre los motivos de los aplazamientos del pleno


En este tiempo, por ejemplo, Vigo ha aprobado su ordenación urbanística provisional; A Coruña liberaba fondos para pagar tres millones en facturas atrasadas; Pontevedra aprobaba 4,2 millones para diferentes obras y gasto en el servicio de bomberos; Santiago daba luz verde a una modificación de crédito para saldar parte de su deuda o gasto corriente; mientras que Lugo sentaba las bases para la movilidad del futuro en la urbe.

El retraso en la celebración del pleno en Ourense tiene mucho que ver, sin embargo, con los trámites pendientes para aprobar la ampliación de la plantilla de asesores del gobierno municipal, que no permitieron llevarlo a junta de gobierno hasta el día de ayer. Otro de los temas que se abordará es la aprobación de la modificación de la ordenanza que regula la tasa de basura, pero también la incorporación al grupo de DO de Manuel Álvarez, que lleva más de un mes esperando turno.

Las críticas a la demora en la celebración del pleno no se han hecho esperar en la oposición. Hace unos días, el portavoz del PSOE, Rafael Rodríguez Villarino, censuraba la "improvisación" del gobierno municipal, sumándose ayer el BNG, hablando de "incapacidad organizativa" por pasar más de un mes sin una sesión plenaria. Los nacionalistas ven también grave que ni siquiera las juntas de área, comisiones en las que la oposición suele fiscalizar la acción del gobierno, tampoco hayan sido convocadas. 

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