La pandemia bajó la guardia en la prevención de incendios

photo_camera Pueblo de Calvelos, en Santa Cruz de Arrabaldo.
Un estudio de la USC pretende conocer y establecer protocolos para la protección periurbana

La población periurbana de la provincia de Ourense -igual que las restantes gallegas- no está tan preparada para la temporada de incendios forestales como antes de la pandemia. Este es el punto de partida de Marisa Chas, una profesora de Economía de la Universidad de Santiago de Ccompostela que está llevando a cabo un proyecto para diseñar estrategias de prevención que capaciten a la población ante una situación de emergencia provocada por los incendios forestales. “Queremos  coñecer como se autoprotexería a poboación”, explica, es decir, acción vecinal  “a maiores das labores que poida realizar a Administración, con limpezas de terrenos forestais que están próximos ás vivendas, a chamada interfaz urbano-forestal”, indica Chas sobre el proyecto. Desde la pandemia, las horas en casa aumentan, por lo que “tendo en conta que non podemos eliminar os incendios, deberíamos poder reducir os riscos”, explica la profesora.

Pese a que en los últimos años -desde la alta incidencia de 2017- el número de fuegos se ha visto reducido, “en momentos puntuais onde as características meteorolóxicas son moi adversas, poden ocurrir casos de emerxencias graves”, señala la autora del proyecto. Es el caso de la provincia de Ourense, según los datos de Protección Civil para 2020, la que más arde de toda España. “A provincia caracterízase fundamentalmente  pola elevadísima ocorrencia dos incendios que, en mestura coas súas características meteorolóxicas, vólvense máis virulentos”, aclara la profesora. 

De los 508 incendios españoles registrados en el Centro Nacional de Emergencias el pasado año, 144 focos se originaron en Galicia, donde la provincia de Ourense se sitúa a la cabeza. Ninguna otra comunidad superó los 90 incendios en 2020.

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