Los partidos activan llenos de dudas la cuenta atrás para la “batalla local”

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Descartada ya cualquier opción para destituir a Jácome, las formaciones miran a las urnas pero sin candidatos confirmados

La incertidumbre, tanto en la decisión sobre dar el paso de estar en las papeletas como de los cabezas de cartel en los principales partidos, es la nota predominante en la política ourensana el día en el que falta justo un año para que el 28 de mayo de 2023 se coloquen las urnas para renovar las corporaciones de los 92 concellos, cuyos resultados servirán también para determinar la configuración de la Diputación.

La gran batalla provincial se espera en la ciudad de Ourense, donde ya en 2019 hubo una cifra récord de candidaturas al registrarse hasta 15. El convulso mandato actual anima a pensar que todos pondrán la carne en el asador para intentar hacerse con la Alcaldía, formar parte del Gobierno o colarse en la Corporación. Curiosamente, a 12 meses de las elecciones y una vez que que ha quedado claro que no hay opción a una moción de censura, únicamente está confirmado como cabeza de cartel el regidor, Gonzalo Pérez Jácome, al frente de DO, desconociéndose por el momento quiénes serán sus principales rivales para conseguir el bastón de mando.

Alternativas

En el PSOE, que fue el partido más votado hace tres años, habrá que esperar presumiblemente hasta otoño para conocer quién liderará la lista. El actual portavoz y número uno en 2019, Rafael Rodríguez Villarino, no esconde que se presentará al proceso, mientras que la responsable local y viceportavoz en el Concello, Natalia González, aplaza su decisión, aunque su victoria en el proceso interno de hace unas semanas hace suponer que los socialistas conocerán su aspirante al bastón de mando tras unas primarias. “Estamos recuperando músculo, trabajando en la agenda orgánica y en confeccionar un programa o un equipo más que el tema del candidato”, explica González.

Tampoco hay nada confirmado en el PP, descabezado orgánicamente  desde hace nueve meses. Los vaivenes del mandato, entrando y saliendo del gobierno de Jácome, y la tensión interna son factores que condicionan el futuro de los populares, aunque coge cada vez más fuerza el nombre del exalcalde Manuel Cabezas para regresar a la política activa para tratar de asaltar de nuevo la Alcaldía que perdieron en 2019.

Más calmadas bajan las aguas en el BNG, inmerso ya en una larga precampaña y con su líder local, Luis Seara, con muchas posibilidades de repetir al frente de la candidatura nacionalista para tratar de aprovechar la ola de buenos resultados que el partido ha obtenido en los últimos procesos electorales y, así, poder conseguir que la izquierda sume los 14 escaños necesarios para hacerse con el gobierno municipal.

Menos despejado parece el panorama para el otro partido con representación en la Corporación actual, Ciudadanos, que en Ourense ha sufrido también la crisis que asola a la formación en todo el Estado. Su concejal y gran valor de la marca en la ciudad, Pepe Araújo, deja en el aire su futuro, por lo que es una total incógnita lo que sucederá con la papeleta naranja.

A la caza de un acta

Casi 5.000 ourensanos confiaron en 2019 en Ciudadanos cuando la marca era un valor seguro en España, pero poco después empezó su desplome coincidiendo con el auge de Vox, que precisamente está trabajando para conseguir implantarse -“no sin dificultades”, reconocen desde el entorno del partido- en la provincia e irrumpir en el salón de plenos del Concello. No tienen, sin embargo, candidato claro y la decisión se demorará previsiblemente hasta que entre 2023.

Otra de las grandes incógnitas del próximo proceso electoral en la ciudad es saber cómo se organizará el espectro a la izquierda del PSOE y que tiene también como ocupante al BNG. Hace tres años, 4.662 votos a los partidos de Ourense en Común, Unidas Podemos y Ourense Mellor no se tradujeron en escaños. Esa división corre camino de repetirse y tanto Ourense Mellor como Unidas Podemos tienen intención de volver a ofrecerse como alternativas, mientras que Ourense en Común, que sufrió el batacazo de pasar de tres a cero concejales, tanteará en los próximos meses si volver a intentarlo, aunque su actividad ha sido nula desde que salieron de la Corporación.

Recámara

Los movimientos preelectorales llegan también a otras formaciones, con pequeñas agrupaciones o franquicias de partidos estatales. Han confirmado ya públicamente que estarán en liza la Coalición de Centro Democrático, que ha dado cobijo a los ediles que abandonaron DO en este mandato, o Contigo Ourense, que se presentó en febrero en sociedad con Sito del Valle al frente.

Meditan su futuro formaciones que ya concurrieron en 2019 como Vivir Ourense, aunque ya sin el empresario Jorge Bermello, o Espazo Común, el partido de Pachi Vázquez que sí tiene presencia en Carballiño pero que hace tres años sedujo a poco más de 800 vecinos de la ciudad. “Todas as posibilidades están abertas”, sostienen fuentes de esta formación.

Sí habrá papeleta del Partido Galego, comendada por el incombustible Xosé Mosquera a nivel autonómico, que constituirá en julio su gestora en la ciudad.

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