El inicio del proceso para el nombramiento como directora xeral de Personal a la exconcejala no electa -y actual coordinadora de grupo socialista-, Carmen Rodríguez Dacosta, hizo saltar chispas en el seno del gobierno municipal socialista, que ayer protagonizó una junta de gobierno más que crispada entre los dos sectores del grupo. De hecho, ante la inclusión de este punto en el orden del día, la concejala María Devesa ya decidió no acudir a la sesión.
El anuncio de Susana Bayo de que pensaba abstenerse en este punto, secundado (en un tono de voz más bajo) por Mónica Vázquez, fue lo que dio inicio a una fuerte discusión. La concejala basaba sus dudas en un informe del interventor contrario a este procedimiento, ya que considera que el trámite debe ser precedido por un acuerdo plenario -frente a otro del secretario que considera válido el alcanzado en el pleno del 6 de junio de 2008-.
LA NEGOCIACIÓN
Sin embargo, las reservas de Bayo provocaron una airada reacción de Áurea Soto, en una intervención con la que, en un elevado tono de voz, apeló a la lealtad y la unidad de grupo, quebrada desde la operación Pokemon. Esta situación dio paso a una conversación a solas entre el alcalde y las dos concejalas que pretendían abstenerse, en la que incluso se llegó a recurrir a Antonio Rodríguez Penín -otro de los ediles discrepantes con el grupo afín al alcalde que no forma parte de la junta de gobierno- para intentar, sin éxito, un acuerdo unánime. También María Devesa acabó apareciendo en la discusión, aunque finalmente fue invitada a marcharse.
Tras este aparte, el alcalde decidió retomar la reunión, indicando al oficial mayor que hiciese constar en acta la abstención de las dos concejalas. No obstante, Mónica Vázquez rectificó e indicó finalmente a este funcionario que constase su voto favorable. De esta forma, y con una nueva constatación de la división interna de los socialistas, el grupo afín al alcalde logró iniciar el proceso con seis votos a favor y una abstención -la de Bayo-.
Al margen de este polémico punto, la junta de gobierno acordó poner a disposición de la Sociedad Estatal Aguas de la Cuenca Norte S.A. los terrenos de titularidad municipal necesarios para construir la nueva depuradora en Reza. Se trata de dos parcelas rústicas con una superficie total de 12.894 metros cuadrados.
LA NEGOCIACIÓN
Sin embargo, las reservas de Bayo provocaron una airada reacción de Áurea Soto, en una intervención con la que, en un elevado tono de voz, apeló a la lealtad y la unidad de grupo, quebrada desde la operación Pokemon. Esta situación dio paso a una conversación a solas entre el alcalde y las dos concejalas que pretendían abstenerse, en la que incluso se llegó a recurrir a Antonio Rodríguez Penín -otro de los ediles discrepantes con el grupo afín al alcalde que no forma parte de la junta de gobierno- para intentar, sin éxito, un acuerdo unánime. También María Devesa acabó apareciendo en la discusión, aunque finalmente fue invitada a marcharse.
Tras este aparte, el alcalde decidió retomar la reunión, indicando al oficial mayor que hiciese constar en acta la abstención de las dos concejalas. No obstante, Mónica Vázquez rectificó e indicó finalmente a este funcionario que constase su voto favorable. De esta forma, y con una nueva constatación de la división interna de los socialistas, el grupo afín al alcalde logró iniciar el proceso con seis votos a favor y una abstención -la de Bayo-.
Al margen de este polémico punto, la junta de gobierno acordó poner a disposición de la Sociedad Estatal Aguas de la Cuenca Norte S.A. los terrenos de titularidad municipal necesarios para construir la nueva depuradora en Reza. Se trata de dos parcelas rústicas con una superficie total de 12.894 metros cuadrados.
