El directivo promete "modernizar la institución" y adaptarla al nuevo modelo normativo
Bastaron 35 minutos para hacer oficial la designación de Juan Carlos Parada Rúa como presidente de la Cámara de Comercio. El pleno electoral celebrado ayer noche no deparó ninguna sorpresa ya que no se presentó ninguna candidatura para presidir la entidad. La suya fue la única presentada y fue proclamada al instante. Por lo tanto, Parada se mantiene en el puesto al que llegó de forma accidental en septiembre pasado con la dimisión del anterior responsable de la entidad, Celso Barbosa.
La ratificación de Parada entraña algunos cambios en el comité ejecutivo. Antonio Villaverde es ahora vicepresidente primero y se incorporan al comité ejecutivo Santiago Ferreiro, que representa al sector de la construcción, y José Vilarchao, de la automoción. José Pérez Seara sigue como vicepresidente segundo, mientras que Manuel Maneiro permanece como tesorero y Javier Soto como vocal. Dejan el comité el anterior presidente, Celso Barbosa, y Luis Rivera, presidente del Centro Comercial Abierto Ourense Centro, que alegó razones personales para abandonar este puesto.
Parada Rúa afronta por lo tanto un nuevo periodo en el que deberá orientar una institución que vive momentos complicados desde hace cuatro años. Así lo reconoció en su intervención ante los miembros del pleno cameral. Advirtió a sus compañeros que el reto "será muy complicado" , pero abogó por la unidad de los empresarios para sacar adelante una institución que está todavía esperando por la nueva ley que regule su funcionamiento. El nuevo presidente resaltó el papel de las Cámaras y dijo que la de Ourense "puede y debe tener continuidad". En cuanto a su equipo, Juan Carlos Parada Rúa señaló que es "equilibrado y representa a sectores de peso" en el empresariado ourensano.
Entre los retos que asume, señaló que los objetivos que se marca son "la modernidad de la institución y adaptarse al nuevo modelo cameral".
Juan Carlos Parada debe pilotar la Cámara de Comercio al menos hasta que se apruebe la nueva Ley de Cámaras que debe tramitar la Xunta en el 2015. Ese será el reto principal para una institución que no tiene aseguradas sus vías de financiación y tiene a su personal en estos momentos afectado por un Expediente de Regulación de Empleo (ERE). La pérdida de ingresos comenzó a producirse desde que un decreto del gobierno de Zapatero a finales del 2010 decidió eliminar la obligatoriedad del pago de las cuotas por parte de los empresarios.
Desde entonces han sido muchas las cámaras abocadas al cierre, aunque no ha sido el caso de la de Ourense, que aún cuenta con recursos económicos saneados.
