Sale en libertad el indigente preso por no tener casa en la que cumplir un arresto domiciliario

’Prefiero mendigar mil veces que la cárcel’

El indigente que ingresó en prisión por no tener un casa en la que cumplir un arresto domiciliario de ocho días, salió ayer en libertad. Nada más llegar al casco urbano de la ciudad se instaló en la calle del Paseo y con la mano tendida pedía limosna a los viandantes. ’Prefiero mil veces esta vida, mendigar, que estar en preso’, asegura. Jesuino Manuel Pereira es de Lisboa pero lleva siete años vagabundeando en Ourense. ’No entiendo por qué me metieron en prisión, pido limosna, pero no hago daño a nadie’.
Jesuino Manuel Pereira Gomes, de 40 años, ingresó en prisión ocho días por no tener una vivienda fija en la que cumplir un arresto domiciliario de ocho días por una falta. Ayer recuperó la libertad y nada más llegar al casco urbano ourensano, procedente del Centro Penitenciario de Pereiro, se instaló en la calle del Paseo, uno de sus lugares preferidos para pedir limosna, y extendía la mano para que los viandantes le dieran dinero. ’Deme algo, por favor’, repetía.

Sobre la espalda llevaba un bolso con todas sus pertenencias. ’Pido limosna, pero no hago daño a nadie’, dice, sorprendido al preguntarle por su experiencia de ocho días en la cárcel: ’Prefiero mil veces esta vida que estar en prisión. No me hicieron daño, pero la cárcel es para los criminales’, afirma.

Jesuino Manuel Pereira es natural de Lisboa pero desde hace siete años vive de la indi gencia en la ciudad de As Burgas. El 6 de febrero, la Policía Judicial de la Guardia Civil lo detuvo en el Hogar del Transeúnte por requisitoria del Juzgado de lo Penal número dos de Ourense para que ingresara en prisión al no tener un domicilio para cumplir el arresto. ’Los agentes me pusieron las esposas y me llevaron a prisión. En un primer momento no entendía por qué me hacían eso, traté de explicarles que estuviera enfermo, pero no me creyeron’, recuerda, recalcando que no tiene nada contra la Guardia Civil ni la Policía ’porque entiendo que están haciendo su trabajo’.

Acusación de robo

El indigente nunca creyó que las autoridades judiciales llegarán a ejecutar la sentencia que lo condenaba a los ocho días de arresto domiciliario por una falta que, según relató el indigente, ya fue hace más de cuatro años en la Alameda del Cruceiro de la ciudad. ’Estaba pidiendo limosna y quizás me acerqué demasiado a un hombre, se asustó y comenzó a empujarme. Yo traté de apartarme y también le empujé. Después me denunció diciendo que iba a robarle y que intenté agredirle. De la mayoría de los detalles ya ni me acuerdo’, comenta.

Enfermo

Así, se inició el proceso judicial que culminó con el arresto domiciliario de ocho días. Desde hace dos meses, cada 15 días iba a la Comisaría para que comprobaran que estaba en Ourense, ’pero hace poco más de un mes me puse enfermo, ingresé en el hospital y no pude ir a la Policía. Tengo todos los papeles del médico pero no sirvieron para quedar libre. Nadie entendió que soy una persona enferma y que estoy solo, que por eso nadie podía ir a la Comisaría a explicar cuál era mi situación’, lamenta, satisfecho con recuperar la libertad. ’La pena ya está cumplida’, dice.

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