Un día después de que las instituciones pusieran como condición la cesión de la capilla de Os Remedios para su rehabilitación, tres de los copropietarios del inmueble remitieron ayer un escrito al Concello en el que comunican su voluntad de renunciar a la propiedad del monumento. Así, el Rexistro Xeral recibió un comunicado, firmado por dos hermanas (residentes en Madrid y Vigo), y en el que aseguran actuar en sus nombres y en el de un tercer hermano, que vive en Francia.
En el escrito, las firmantes afirman ser cotitulares por iguales terceras partes indivisas de una participación hereditaria de la capilla, de la que fue en su día titular su padre, que previamente la había heredado de una tía. No obstante, estas tres personas no representan la totalidad de la propiedad de la capilla, ya que existen más copropietarios, los residentes en Ourense, que todavía no se han pronunciado definitivamente sobre la cesión pero que inicialmente se habían mostrado más reacios a ella.
En todo caso, el documento es, según explicaba ayer el Concello, una declaración de voluntad, con forma de comparecencia, en la que anuncian su disposición a elevarlo a público en cuanto sea posible. Así, comunican que ejercitan su derecho a abandonar la propiedad sobre la capilla, renunciando en consecuencia a cuantas facultades y pretensiones jurídicas deriven de su condición de copartícipes sobre la misma.
Tras esta declaración de intenciones, las administraciones continúan a la espera de la decisión del resto de propietarios, que ya fueron advertidos en el encuentro del lunes que no recibirán dinero público para recuperar el templo si continúa siendo una propiedad privada. Entre otras cosas, porque ninguna institución podría adjudicar esas obras. Sin embargo, al tratarse de un Bien de Interés Cultural, las instituciones sí podrían obligar a los propietarios a que acometiesen la reforma, que se estima que costará más de 562.000 euros.
En todo caso, el documento es, según explicaba ayer el Concello, una declaración de voluntad, con forma de comparecencia, en la que anuncian su disposición a elevarlo a público en cuanto sea posible. Así, comunican que ejercitan su derecho a abandonar la propiedad sobre la capilla, renunciando en consecuencia a cuantas facultades y pretensiones jurídicas deriven de su condición de copartícipes sobre la misma.
Tras esta declaración de intenciones, las administraciones continúan a la espera de la decisión del resto de propietarios, que ya fueron advertidos en el encuentro del lunes que no recibirán dinero público para recuperar el templo si continúa siendo una propiedad privada. Entre otras cosas, porque ninguna institución podría adjudicar esas obras. Sin embargo, al tratarse de un Bien de Interés Cultural, las instituciones sí podrían obligar a los propietarios a que acometiesen la reforma, que se estima que costará más de 562.000 euros.
