El recuerdo que dejó en Ourense la escritora Victoria Armesto

Victoria Armesto.
photo_camera Victoria Armesto.

Desde la valiosa perspectiva que la edad brinda en cuanto a haber tratado y conocido a relevantes personajes de nuestra historia y cultura, de vez en cuando exhumo aquí el recuerdo de aquellos que tuvieron mucha relación con Ourense, y que por su obra y presencia deben de ser conocidos y recordados, sobre todo, como en este caso, cuando tenemos la oportunidad de acercarnos a sus libros. Uno de estos personajes es la escritora y periodista María Victoria Fernández-Latorre, nieta del fundador de “La Voz de Galicia”, que usaba el nombre de Victoria Armesto, por ser esposa del periodista ourensano Felipe Fernández Armesto, “Augusto Assía”. En los años setenta era frecuente la presencia de esta escritora en actos culturales diversos, y todavía se recuerdan sus conferencias en Ribadavia o en Carballiño, el 14 de enero de 1971 en que fue pregonera de la “Fiesta de la Mimosa”. Acababa de aparecer su libro “Galicia feudal”, que sigue siendo una obra de referencia, escrita de modo ameno y estilo periodístico sobre un momento crucial de la historia de Galicia. Ya en democracia, fue una de las primeras y más activas diputadas del Congreso de los Diputados.

Su grata sencillez la hacía un personaje esencialmente próximo, de suerte que creaba a su alrededor un ambiente de interés. Conservo dedicado su libro “Galicia feudal”, donde dice: “Para meu amigo e compañeiro na prensa Fernando Ramos, en Carballiño o día da Festa da Mimosa. Victoria Armesto. 14-1-71”. Su libro fue calificado por la crítica como “Un gran reportaje sobre la Edad Media gallega”. Gracias a su propia trayectoria como periodista y corresponsal poseía una amplia cultura. El famoso libro comenzó a escribirlo estando en Bonn, en 1964, y surgió en sus visitas al Seminario Románico de su Universidad. La investigación fue creciendo hasta convertirse en dos tomos. Curiosamente su investigación coincide con el interés del mariscal Pardo de Cela por parte de don Ramón Otero Pedrayo, quien, como ya he contado, dejó pendiente el proyecto de escribir una novela sobre este controvertido personaje derrotado y ajusticiado por los Reyes Católicos.

Hace años, por cierto, un sector radical del nacionalismo gallego barajó la peregrina idea de reivindicarlo como líder histórico de Galicia, hasta que se dieron cuenta de que era un cruel déspota, quien derrotó a los “Irmandiños” y los quería colgar en los robles de las afueras de Monforte. O sea, que fracasó la idea de tener un particular Casanova (aunque este otro mito que vivió feliz con Felipe V de su oficio de abogado). En aquel tiempo, y hasta que el medievalista Pardo de Vera lo desmontó, se seguía creyendo en el error de Castelao con respecto a la crónica de la Corona de Aragón, en la que el padre Zurita se refiere a la “Doma y castración del Reino de Galicia” por parte de los Reyes Católicos, o sea, de los poderosos señores feudales. Atribuirles una defensa de la “identidad nacional de Galicia” es una de las diversas tergiversaciones de la historia, cuya falsedad se desmonta, como ya hicieran otros autores, leyendo el libro citado de Victoria Armesto. El mito y mentira de Pardo de Cela fue usado incluso en folletos de propaganda galleguista en un tiempo pasado. Dice al respecto sobre este personaje de enorme crueldad nuestra autora la falsedad que supone convertirlo en un símbolo de la Galicia autónoma. “En el proceso de Tavera-Fonseca –señala Victoria Armesto— que impresiona el testimonio de los campesinos sobre su crueldad y tiranía”. O sea, que menudo símbolo hubiera sido de la Galicia oprimida este personaje.

Tanto sobre Pardo de Cela como como Pedro Madruga, Victoria Armesto recordaba los propios juicios de Otero Pedrayo, quien en una famosa conferencia en Padrón, dijo que estos dos personajes solamente podrían haber sido vasallos de un monarca como “El Rey Arturo”. En todo caso, la autora nos acercó al conocimiento de la epopeya y derrota de los Irmandiños. Recuerdo que Ferro Couselo me dijo al respecto en una entrevista que aquellos alzados contra el poder medieval no pretendían cambiar la sociedad, sino restablecer las reglas del pacto entre la nobleza y el pueblo llano, histórico equilibrio vigente durante siglos. En suma, les invito a leer este libro del que hablamos.

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