CRÓNICA

Regalando ánimo a otros niños

Daniela Vázquez, con sus obsequios para levantar el ánimo a otros niños.
photo_camera Daniela Vázquez, con sus obsequios para levantar el ánimo a otros niños.
Una alumna de 10 años de Maristas entregó a la Policía Nacional pequeños obsequios confeccionados por ella durante el confinamiento para levantar el ánimo a los que cumplen años. 

A Daniela Vázquez, de 10 años pero y medio -puntualiza-, el confinamiento le está dando para mucho: deberes -"a veces se pasan un poco"-, juegos con su hermana pequeña -Sofía-, lectura, televisión...  Pero también para pensar y reflexionar sobre lo qué supone la cuarentena para el resto de niños y la importancia de hacer cosas por los demás. Por esta razón, desde su piso de O Couto, quiso apoyar a su grupo de iguales en estas difíciles semanas sin pisar la calle y con días que empiezan a ser "algo aburridos y con ganas de tomar el aire". Y la imaginación se la agudizó cuando cruzó dos hechos: un niño cumplió años en su calle y por la televisión se enteró de que la Policía Nacional acudía a los exteriores de edificios con menores que cumplían años para darles una sorpresa.

Durante dos días se encerró en su cuarto para confeccionar "unos detallitos" con mensajes incluidos para que los policías, cada vez que vayan a celebrar un cumple, se los entreguen a los beneficiarios. Una pajita de colores, unida a un recortable diseñado por ella -"me encanta dibujar y tuve que aprovechar las pocas cosas que tenía por casa"- junto a un mensaje esperanzador: "Eres un héroe"; "Ánimo, tu puedes"; "Eres mágica"; "Eres un campeón"; "Sigue así" ; "Lo haces muy bien"...

Daniela, estudiante de quinto de Primaria en Maristas, con la complicidad de su hermana, no dijo absolutamente nada a su madre, que trabaja en la Comisaría, y el lunes, antes de que saliera para el trabajo, le entregó los obsequios destinados a niños anónimos. "Solo quiero que se animen un poco en sus casas y se diviertan", asegura. El lunes, Dylan, un pequeño de cuatro años, tuvo su primer regalo. "Me alegré mucho de que le gustase", confiesa.

 Y, cuando se acabe la primera remesa, habrá más. 

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