Un sobre con dinero acabó por un descuido en un contenedor de papel en O Pino el día de Reyes, pero su propietaria pudo recuperarlo al día siguiente gracias al servicio de atención al ciudadano y a Ecourense

Los Reyes llegaron dos veces

Beatriz Rodríguez Salas y Manuel Diéguez, el trabajador de Ecourense que recuperó el dinero. (Foto: MARTIÑO PINAL)
Pues tuvo que haber sido muy buena Beatriz Rodríguez Salas el año pasado porque los Reyes le vinieron dos veces. Las dos quedó muy agradecida. Primero, cuando sus padres le entregaron un sobre con dinero envuelto en papel de regalo. Al día siguiente, cuando Manuel Diéguez, trabajador de Ecourense, rescató los cuartos que acabaron por un descuido en un contenedor de papel en el ourensano barrio de O Pino.
Día de Reyes. Tras abrir los regalos, el marido de Beatriz introduce el sobre en el bolsillo de atrás de su pantalón sin que ella se dé cuenta por el jolgorio de los cativos. Antes de despedirse de sus padres, se percata de que en su bolsillo lleva el embalaje de un regalo. Piensa que ha sido una trastada de uno de sus tres hijos y lo tira en el montón de los envoltorios. Horas después, se apercibe de que falta el sobre y telefonea a la madre, pero ya es tarde. El sobre ya está arrebujado en la basura con los envoltorios.

Día siguiente. A Beatriz le produce mucha rabia el despiste. 'Se perdes os cartos, quédache o consolo de que alguén vainos atopar', comenta. Al salir de su trabajo de psicooncóloga en la Asociación contra el Cáncer decide llamar al servicio de atención al ciudadano, que inmediatamente se pone en contacto con la empresa de recogida de basuras Ecourense. 'Chamáronme aos 20 minutos e en menos dunha hora xa chegara un camión cun guindastre para retirar o contenedor e abrilo para nós'. Ni Beatriz ni Manuel Diéguez albergaban demasiadas esperanzas de recuperar el dinero, pero un vez vaciado el contenedor apareció el sobre a los cinco minutos. 'Tuvo suerte de que no se hubiese retirado ya el contenedor', comenta Diéguez.

Los operarios de Ecourense están acostumbrados a que la gente los llame por descuidos. Una cartera, unas llaves... Y no todos tienen la misma suerte que Beatriz. En una ocasión, una mujer desesperada se puso en contacto con ellos porque su hija había enviado a la basura las joyas que guardaba en una caja de cartón. Se paró la Ecoplanta del polígono de San Cibrao, pero las piedras preciosas ya estaban en Cerceda. ' Hay que llamar siempre. Nosotros estamos para ayudar porque también molestamos cuando recogemos los contenedores', le comenta un compañero de Diéguez en la base de Ecourense a Beatriz. 'Dale las gracias al capataz', responde Diéguez cuando le reitera su gratitud. 'Estou moi agradecida porque afortunadamente ao final do sistema están as persoas. E ninguén me preguntou cantos cartos perdera', insiste la feliz afortunada. La cantidad extraviada y recuperada sólo la saben los Reyes.

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