“La Ribeira Sacra no tiene turismo masivo y eso es una ventaja'

El paisajista francés Gilles Clément. (Foto: JOSÉ PAZ)
El prestigioso paisajista Gilles Clément, una eminencia mundial en este campo, así como en planificación del territorio, dirige estos días el taller 'Paisaje y patrimonio en la Ribeira Sacra', que se desarrolla hasta el próximo viernes en la Fábrica da Luz de Parada de Sil, donde está trabajando con 28 alumnos procedentes de diversas universidades europeas y que elaborarán diversos proyectos destinados a potenciar las posibilidades de la zona.
¿Qué objetivos se marca este taller?
Se trata de hacer un análisis de la realidad paisajística de la Ribeira Sacra y ver si hay posibilidad de inventar un proyecto que potencie la belleza natural y cultural de la zona, rica no sólo en especies vegetales -con ese paisaje de viñedos integrado en el paisaje, que complementa y da personalidad a la zona- sino también en monasterios e iglesias. Intentaremos ver si hay posibilidad de desarrollar actividades destinadas a captar en un futuro próximo a un turismo de calidad, así como alguna otra vía de actividad económica que trabaje con los productos autóctonos. El viñedo ya se utiliza como fuente de riqueza y forma parte esencial del paisaje, pero hay mucho que hacer, por ejemplo, con el castaño, que es otro producto aún por desarrollar, considero que es una riqueza potencial de la zona.

¿Cómo se estructura este taller?
Los estudiantes participantes van a trabajar a lo largo de estos cinco días para elaborar unos proyectos que yo llamo 'sueños', por su componente de utopía. El próximo viernes se darán a conocer el título y las líneas maestras de los siete proyectos en los que se está trabajando en estos momentos.
En estos momentos se está trabajando para que la Ribeira Sacra sea Patrimonio de la Humanidad ¿Qué opinión le merecen su paisaje y sus características?
Para mí es un auténtico descubrimiento, he encontrado un paisaje marcado por la imagen impresionante del cañón del río Sil, una zona en la que conviven dos tipos de vegetación, más frondosa la que mira al norte y más mediterránea la que se orienta al sur, un aspecto que también diferencia a sus viñedos, con menos cantidad y más alcohol en uva en el primer caso y de menos grados en el segundo, aunque todos de una gran calidad, como pude ya comprobar durante la visita a las bodegas de Parada el pasado lunes. Otro de los aspectos destacados es que hablamos de un paisaje muy protegido del turismo masivo, lo que es una ventaja de cara al futuro, porque hay que decir que ya no quedan muchos sitios así en el mundo. Se puede decir que es un espacio único, con un gran potencial aún por desarrollar, tanto en lo referente al turismo de interior -siempre más ligado a la cultura, al disfrute del paisaje, de la gastronomía- como en lo económico, con el viñedo y la castaña como productos de referencia.
¿Cuál puede ser ese futuro a corto o medio plazo de los municipios de la zona?
Hay muchos aspectos autóctonos que se pueden potenciar, empezando por el viñedo o el castaño, pero también sería importante fomentar un turismo no masivo a través de actividades deportivas que puedan coexistir con la protección de la biodiversidad biológica de la zona.

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