La Feria de Ourense arrancó el mes de septiembre entre dudas, enfrentándose a una situación que no tiene visos de estabilizarse a corto plazo, con los comerciantes reportando caídas de entre un 60 y un 70% en la facturación anual respecto al año pasado y más concellos sumándose a la cancelación del evento ante el aumento de contagios; las más recientes, Lobios y Entrimo.
Entre los comerciantes se extienden las dudas y la incertidumbre, propiciada por los ya conocidos cambios de ubicación, reducción de metros, poca facturación y la amenaza de un cierre más en el aire. Exponen la poca implicación de los ayuntamientos circundantes para revertir la situación, y se resignan a buscar nuevas vías para sobrevivir a la transición, como la venta online, el cambio a otro tipo de artículos más demandados o aguantar el tirón gracias a las ayudas a autónomos, de un evento encaminado a prescindir de la parte ociosa de pasear y acudir únicamente a la compra.
Planes de futuro
Alberto González, gerente de la Plaza de Abastos, pide paciencia para abordar una "situación compleja en la que dependemos de un contexto sanitario global", que en Ourense se ha manejado mejor gracias a que las nuevas restricciones de la Xunta "las teníamos aplicadas en el anterior protocolo".
Ante esta problemática, las asociaciones de comerciantes ambulantes de Galicia comparecerán en rueda de prensa el próximo jueves para exponer y detallar "o acordo coa Xunta pola defensa e continuidade das ferias ao aire libre" y las últimas noticias del colectivo, para buscar soluciones efectivas y evitar más cierres.
“Agora á feria non se pode vir a pasear, senón a mercar"
Iago Vázquez, comerciante y portavoz de la Asociación Galega de Ambulantes e Autónomos, señala que la superviviencia de las ferias pasa por "a implicación dos concellos con iniciativas e alternativas efectivas para evitar peches" y por cambiar el enfoque del evento: "agora á feria non se pode vir a pasear, senón a mercar". Vázquez también incide en que, en su experiencia, "a venta online é máis traballosa do que parece", y confía en que el acuerdo con la Xunta sirva "para concienciar á xente".
“Os habituais seguen sen saber chegar ás novas ubicacións"
Laura Pinto, que lleva 30 años en el mundo de la venta ambulante, afirma que las ferias "non poden pechar", porque "o pouco que tivemos en verán serviunos para seguir traballando", y opina que la reubicación de puestos en las que se mantienen abiertas "vainos deixar sen traballo", ya que su continuidad depende de las ventas asociadas a la fidelización: "Teño clientes de toda a vida que mercan regularmente, pero co cambio de sitio constante é difícil atendelos sen que se perdan, temos menos visibilidade".
“Mi objetivo pasa por batallar y aguantar hasta la jubilación"
El veterano comerciante José Jurado expone, como en la mayoría de casos, que están a "un 30 o 40% de la facturación anual", ya que la feria "está muy decaída, y sin promocionar desde hace años". También reconoce que gracias a las ayudas a autónomos "por lo menos estamos respaldados para cubrir gastos", y confía en que en 2021 la situación mejore y puedan "invertir" o plantearse el negocio de otra forma: "Mi objetivo es batallar y aguantar 7 u 8 años, que son los que me quedan para jubilarme".
“Es posible que haya que cambiar cosas en un futuro próximo"
El florista Víctor Couso apunta a que "el poco movimiento" que se han encontrado al volver a la feria, tras un par de ediciones sin acudir, probablemente se deba a "la vuelta a las clases, la vendimia y la situación covid. Es un poco de todo". Couso cuenta que "tranquilamente se ha perdido sobre un 60% de la facturación" y asegura que en su tienda en Vilagarcía están adelantándose a futuros acontecimientos, trasladando lo local a lo global: "Fomentamos mucho la compra online y a través de redes sociales. Es una nueva vía de trabajo que puede llegar a ser muy útil".
