El sicario detenido en febrero en Carballiño, E.E.C.H., de 35 años, de origen francés, formaban parte de una red organizada que actuaba a través de un foro de internet, titulado 'Asesinos a sueldo', con dominio en México.
La Guardia Civil dio ayer por desarticulada la organización, tras la detención de 14 personas (12 hombres y 2 mujeres) con domicilio, además del vecino de Carballiño, en las provincias de Alicante, Almería, Barcelona, Castellón, Madrid, Málaga, Murcia, Tarragona, Valencia, Vizcaya y Navarra.
Al vecino de Carballiño, que en la actualidad está en libertad provisional, aunque ingresó en prisión tras ser detenido, se le imputan los delitos actos de preparación para consumo de homicidio y tentativa del mismo. E.E.C.H. mantenía contactos con el detenido en Barcelona, al que una mujer malagueña, con iniciales S.G.C, (también detenida) le encargó que asesinara a su marido, un vigilante de seguridad. La mujer le facilitó la foto de su marido, matrícula del coche, franja horaria de trabajo y domicilio. Como su marido trabajaba en la seguridad privada, llegó incluso a indicarles las horas que estaba desarmado.
Así, el vecino de Carballiño presuntamente se encargó del asesinato por el que debería percibir 10.000 euros, pero recordó a su contacto en Barcelona que carecía de arma y de dinero. Este le facilitó alojamiento en un hotel de Málaga, donde debería dejar una pistola y un anticipo de 300 euros. El resto lo cobraría después. E.E.C. se desplazó a Málaga, pero, según la Guardia Civil, no encontró el arma ni el dinero con la que debería matar al vigilante. Su abogado, Pablo Rua, negaba ayer que su defendido viajara hasta la ciudad andaluza.
Al vecino de Carballiño, que en la actualidad está en libertad provisional, aunque ingresó en prisión tras ser detenido, se le imputan los delitos actos de preparación para consumo de homicidio y tentativa del mismo. E.E.C.H. mantenía contactos con el detenido en Barcelona, al que una mujer malagueña, con iniciales S.G.C, (también detenida) le encargó que asesinara a su marido, un vigilante de seguridad. La mujer le facilitó la foto de su marido, matrícula del coche, franja horaria de trabajo y domicilio. Como su marido trabajaba en la seguridad privada, llegó incluso a indicarles las horas que estaba desarmado.
Así, el vecino de Carballiño presuntamente se encargó del asesinato por el que debería percibir 10.000 euros, pero recordó a su contacto en Barcelona que carecía de arma y de dinero. Este le facilitó alojamiento en un hotel de Málaga, donde debería dejar una pistola y un anticipo de 300 euros. El resto lo cobraría después. E.E.C. se desplazó a Málaga, pero, según la Guardia Civil, no encontró el arma ni el dinero con la que debería matar al vigilante. Su abogado, Pablo Rua, negaba ayer que su defendido viajara hasta la ciudad andaluza.
