INCENDIOS

Sólo el 25% de los fuegos forestales llega a juicio tras una investigación

El Juzgado de Instrucción 2 de Verín archivó las diligencias abiertas al octogenario detenido en agosto de 2015 por el gran incendio de Cualedro

El gran incendio forestal que  a finales de agosto de 2015 calcinó 3.180 hectáreas (784 de monte arbolado) en Cualedro, uno de los más virulentos de los últimos años en toda Galicia, quedará impune. El Juzgado de Instrucción 2 de Verín, atendiendo a la petición de la fiscalía, acordó el sobreseimiento provisional de las diligencias en las que se atribuía la autoría del fuego a Gumersindo A.A. (84 años).

La Guardia Civil detuvo al octogenario a los pocos días, aún con el monte humeante, al llegar a la conclusión, a través de pruebas indirectas, que había plantado fuego de forma intencionada en un paraje conocido como Borreco, en Lucenza. Pero, según razona el ministerio público, "no hay base suficiente para obtener una convicción de certeza sobre la autoría del incendio atribuida al investigado". Las declaraciones testificales aportadas a la causa solo permiten deducir que el sospechoso se hallaba cerca del lugar donde comenzó a arder. Ni siquiera le vieron mechero.

Entre los argumentos expuestos para el sobreseimiento, se incluye el hecho de que el incendio perjudicó al propio imputado al calcinar buena parte de una viña con cepas cargadas de uvas. Según insistió este último ante la jueza, "apreciaba mucho" la plantación. El propio investigado, en el transcurso de su declaración judicial, aseguró que estaba en la viña cuando a una distancia de unos 100 metros vio el fuego. Se quedó absorto mirando y al poco tiempo comenzó a llegar gente, cuyo testimonio, asegurando que Gumersindo estaba allí antes, fue determinante para señalarlo. Pero, tal como recuerda la fiscal de Medio Ambiente, Carmen Eiró, "las sospechas no son indicios".

El auto del juzgado en el que se decreta el sobreseimiento razona que el hecho de que el investigado se hallara en el lugar donde se produjo el incendio y que empezase en una finca del mismo "no son indicios suficientes para deducir que él es el autor".

El servicio de Delitos Medioambientales de la Fiscalía ourensana centra buena parte de su trabajo en conseguir sentar en el banquillo y condenar a aquellos tanto que pretenden causar daño ecológico o incurren en imprudencias graves. De los cinco procedimientos que llegaron a juicio el pasado año por delitos de incendios forestales, hubo cuatro sentencias condenatorias. En 2014, fueron 21 (15 condenas) y en 2013, 15 penados frente a cinco absoluciones.
Pero pese al trabajo conjunto de la fiscalía con las fuerzas de seguridad, las dificultades para dar con el autor  no son pocas y tienen su reflejo directo en al estadística de tribunales. Actualmente, según calculan fuentes judiciales, en torno al 25% de las diligencias previas que se abren por incendios forestales llegan a juicio. 

El pasado año, por ejemplo, la Guardia Civil cursó 108 diligencia por delitos de incendio, que culminaron con cinco detenidos y 31 investigados, lo que hace un total de 36 personas investigadas. Incluso alguna se archiva posteriormente en el juzgado, tal como ocurrió con el gran incendio de Cualedro, al no quedar acreditada suficientemente la autoría para poder llevar a juicio al inculpado o bien porque el ministerio público concluye que fueron hechos fortuitos o no aprecia una imprudencia grave (las leves son derivadas a la Consellería de Medio Rural por si son susceptibles de un expediente sancionador). 

Según fuentes de la Policía Autonómica, las investigaciones resulta complicadas porque las pruebas también arden con el fuego. A ello habría que sumar otros dos condicionantes al margen del factor humano: el abundante combustible forestal y la meteorología.

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