El Concello concede la licencia de obra para la sustitución del blasón por el emblema constitucional

La Subdelegación del Gobierno retirará en una semana el escudo franquista de su fachada

Escudo franquista de la fachada de la Subdelegación del Gobierno. Tiene los días contados. (Foto: Xesús Fariñas)
Treinta años después de la aprobación de la Constitución, la Subdelegación del Gobierno cambiará el escudo franquista de su fachada y lo sustituirá por el constitucional. El cambio será posible después de que ayer el Concello otorgase la licencia para las obras de sustitución, culminando así un largo proceso de trámites administrativos.
La fachada de la Subdelegación del Gobierno cambiará de cara la próxima semana. Es entonces cuando está previsto que se produzca la sustitución de su actual escudo franquista por el constitucional. Lo que el propio subdelegado, Camilo Ocampo, destacaba ayer como ‘unha das primeiras propostas que fixen como subdelegado en 2004’ será posible gracias a un trámite -el último- acordado ayer por la junta de gobierno local del Concello: la concesión de la licencia urbanística de obra para el proyecto básico y de ejecución de sustitución del escudo preconstitucional.

El nuevo emblema, con un coste total de 21.000 euros -no incluye la instalación-, fue tallado en piedra por un cantero de Santa Cruz de Arrabaldo. La empresa Extraco será la encargada de su colocación -y retirada del actual-. Camilo Ocampo expresaba su intención de que la sustitución fuera ‘inmediata’, de ahí que el plazo de inicio contemplado para esta obra sea la próxima semana. El proyecto, visado en 2005 por el Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia, fue diseñado para garantizar la conservación del resto de los elementos de la fachada y el mantenimiento estricto de la apariencia y estética del edificio.

Un largo trámite


Con la concesión de la licencia municipal concluye una larga serie de trámites administrativos para adaptar la sede del Gobierno estatal en la ciudad a la Constitución. El proceso comenzó en junio de 2004 con la petición de Camilo Ocampo y contó desde septiembre de ese año con la autorización de la Subdirección General de Patrimonio Inmobiliario del Ministerio de Administraciones Públicas. No obstante, no fue respaldado por el Concello, entonces presidido por Manuel Cabezas, que no concedió la licencia urbanística para las obras en base a un informe del Servicio de Urbanismo.

Tras diferentes trámites, en julio de 2005 la Delegación provincial de la Consellería de Cultura informó desfavorablemente sobre la sustitución del escudo por entender que se trata de un bien catalogado en el Plan Xeral de Ordenación Municipal del Concello de Ourense, y al aplicar un artículo de la ley que recoge que ‘se mantendrán los escudos existentes en aquellos edificios declarados monumentos históricos, aquellos de cuya ornamentación formen parte sustancial o cuya estructura pudiera quedar dañada al separar los escudos’. Esta resolución, confirmada posteriormente, hizo que la Abogacía del Estado interpusiese un recurso contencioso administrativo contra ella.

Finalmente, en octubre de 2006, el delegado de Cultura emitió un informe en el que consideraba que ‘la valía escultórica del escudo es baja y no forma parte de la composición de la fachada’. De esta forma, y tras una serie de trámites que contaron con el visto bueno del Concello ourensano -el último, el de ayer- la eliminación del escudo franquista de la fachada por fin será posible. Ante la previsión de que esto ocurriera, en septiembre de este año la Subdirección General de Patrimonio del Ministerio de Administraciones Públicas dio su visto bueno y se adjudicaron las obras que eliminarán el que probablemente sea uno de los últimos símbolos franquistas de la ciudad.

Borrando las huellas del régimen


Hace ya un año que la Concordia, Santa Eufemia y Ribeira de Canedo borraron del callejero ourensano las antiguas denominaciones franquistas (Capitán Eloy, Coronel Ceano y General Aranda) de tres calles de la ciudad. La decisión, adoptada en el pleno municipal del mes de noviembre a iniciativa del bipartito y con la abstención del PP, cambió oficialmente la dirección de 2.000 hogares y 300 negocios y suscitó cierta polémi ca al coincidir algunos de los nombres elegidos como sustitutos con los de otras calles ya existentes.

En las tres décadas que transcurrieron desde la muerte de Franco fueron muchos los símbolos de la dictadura que han ido desapareciendo. Justo frente a la Subdelegación, el monumento ‘Victoria’ en San Lázaro, nació con vocación de homenaje a los caídos. La retirada de las inscripciones franquistas lo convirtieron en un monumento ‘neutro’, hasta el punto de que muchos ourensanos desconocen su origen. El escudo constitucional del Pazo de Xustiza se instaló sobre el franquista, manteniendo sólo el de la Subdelegación en la ciudad. No obstante, y a pesar de que se han ido eliminando paulatinamente, los símbolos franquistas siguen con vida en puntos de la provincia. En Beade, por ejemplo, aún es posible pasear por la calle del Caudillo.



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