Las empresas que construyen el AVE esperan permiso para su vertido

El Támega espera 8 millones de litros de aguas residuales

Las obras del túnel se iniciaron a mediados del pasado mes de febrero. (Foto: XESÚS FARIÑAS)
Técnicos de la Confederación Hidrográfica del Duero analizan estos días aguas residuales, 8.000 metros cúbicos procedentes de los manantiales subterráneos que aparecieron en la perforación del túnel O Corgo (Laza) para la construcción de la línea de alta velocidad (AVE) entre La Meseta y Galicia. El organismo de cuenca inició los trabajos después de que los responsables de la empresa constructora, la UTE que construye el tramo de Cerdedelo-Prado, solicitaran autorización para verter todo el caudal de residuales al arroyo conocido como de Os Portos, que desemboca en el río Támega dentro del municipio de Laza.
Los técnicos realizan analíticas para comprobar que el vertido no contiene materiales pesados ni otras materias contaminantes que puedan poner en riesgo la flora y fauna del río.

En la solicitud de autorización de vertido, la constructora recuerda que las aguas residuales, que en la actualidad están embalsadas, pasaron primero por un sistema de depuración que, según afirmaron en la Confederación Hidrográfica, consta de una balsa construida en hormigón de 5,7 metros de largo por cinco de ancho y 2,5 de profundidad, dotada de un sistema de decantación y neutralización de residuos contaminantes mediante la inyección de oxígeno. Además, la constructora habilitó un segundo estanque, dotado de un decantador estático (aparato para eliminar grasas y lodos) antes de que las residuales lleguen al citado arroyo.

Aun así, los técnicos del organismo de cuenca decidieron controlar con sus propios medios todo el volumen de agua embalsada para evitar una posible contaminación.


VIGILANCIA AMBIENTAL

Esta es la primera autorización que tramitan las constructoras de la línea de alta velocidad AVE ante la Confederación Hidrográfica para verter aguas residuales a la cuenca del río Támega. Los agentes fluviales sospechan que durante los próximos meses se tramiten más dado que los trabajos afectan a varias zonas con abundantes manantiales, lo que conlleva que mantengan una vigilancia constante sobre los arroyos que surcan los municipios de Laza, Castrelo do Val, A Gudiña y A Mezquita, así como el cauce del Támega.

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