El Hospital de Día de Saúde Mental del CHOU, ubicado en el barrio de A Ponte, tiene los días contados. La Dirección provincial del Sergas prevé su traslado en enero a las dependencias de la antigua UCI del Santa María Nai, donde se se sitúa la unidad de agudos de Psiquiatría, en un intento de dar continuidad terapeútica y asistencial a los enfermos. Sin embargo, los profesionales miran con desconfianza esta medida, puesto que temen que acaba convirtiéndose en una estructura más de hospitalización.
El sistema público de atención psiquiátrica está siendo sometido a un rediseño estructural y funcional. Esta metamorfosis, que ya se ha iniciado, incluye cambios tan importantes como el cierre del psiquiátrico de Toén y la construcción de un nuevo hospital en Piñor, o la ampliación de la unidad de hospitalización de agudos del Santa María Nai (con cuatro nuevas plazas previstas ya para este mes) y el traslado a este mismo edificio del Hospital de Día de Saúde Mental de A Ponte, para dar continuidad a la asistencia terapéutica y asistencial.
Según los planes de la Consellería de Sanidade, el hospital de día será trasladado en enero a las dependencias de la antigua UCI del Santa María Nai, una medida que preocupa tanto a profesionales como a pacientes.
Aunque el director provincial del Servizo Galego de Saúde, David Simón Lorda, sostiene que el objetivo es dar un impulso a su actividad, puesto que el cambio de sede y la contratación prevista de dos auxiliares y de un terapeuta ocupacional que se unirán al personal actual -un psiquiatra, un psicólogo clínico, una enfermera y dos auxiliares- permitirá ampliar su horario y capacidad; el jefe de Sección de este centro, Modesto Vázquez Pereira, considera que el traslado supondrá una pérdida importante: La ubicación del hospital en A Ponte, una zona muy céntrica, es idónea para la reinserción de los pacientes, afirma. No obstante, estima que el cambio les permitirá contar con unas instalaciones más amplias (ahora estamos apretados), prolongar el horario de atención a pacientes y programar más módulos y talleres terapéuticos.
Según explica, el actual pro grama de rehabilitación del hospital de día, que se desarrolla de lunes a viernes, comienza a las 9 horas, con la recepción de los pacientes y la medicación, y concluye a las 14 horas, con la información sobre autocuidados (durante el tiempo intermedio se realizan talleres de psicomotricidad, técnicas de relajación, terapia ocupacional y salidas al exterior). Con el cambio de instalaciones, espera que se pueda ampliar el horario hasta las 16 horas e incluir, por lo tanto, en la atención médica la comida, la sobremesa y la medicación.
No obstante, le inquieta la posibilidad de que el nuevo hospital de día acabe convirtiéndose en una estructura de hospitalización o el cuarto trasero de apoyo a la unidad de agudos, de la que proceden el 70 ó 75% de sus usuarios.
Según los planes de la Consellería de Sanidade, el hospital de día será trasladado en enero a las dependencias de la antigua UCI del Santa María Nai, una medida que preocupa tanto a profesionales como a pacientes.
Aunque el director provincial del Servizo Galego de Saúde, David Simón Lorda, sostiene que el objetivo es dar un impulso a su actividad, puesto que el cambio de sede y la contratación prevista de dos auxiliares y de un terapeuta ocupacional que se unirán al personal actual -un psiquiatra, un psicólogo clínico, una enfermera y dos auxiliares- permitirá ampliar su horario y capacidad; el jefe de Sección de este centro, Modesto Vázquez Pereira, considera que el traslado supondrá una pérdida importante: La ubicación del hospital en A Ponte, una zona muy céntrica, es idónea para la reinserción de los pacientes, afirma. No obstante, estima que el cambio les permitirá contar con unas instalaciones más amplias (ahora estamos apretados), prolongar el horario de atención a pacientes y programar más módulos y talleres terapéuticos.
Según explica, el actual pro grama de rehabilitación del hospital de día, que se desarrolla de lunes a viernes, comienza a las 9 horas, con la recepción de los pacientes y la medicación, y concluye a las 14 horas, con la información sobre autocuidados (durante el tiempo intermedio se realizan talleres de psicomotricidad, técnicas de relajación, terapia ocupacional y salidas al exterior). Con el cambio de instalaciones, espera que se pueda ampliar el horario hasta las 16 horas e incluir, por lo tanto, en la atención médica la comida, la sobremesa y la medicación.
No obstante, le inquieta la posibilidad de que el nuevo hospital de día acabe convirtiéndose en una estructura de hospitalización o el cuarto trasero de apoyo a la unidad de agudos, de la que proceden el 70 ó 75% de sus usuarios.
