La mayoría de los fallecidos vivían solos, murieron por causas naturales y superaban los 60 años

Treinta personas aparecieron muertas el año pasado en sus casas días después de fallecer

Un total de 32 personas (27 de ellas mayores de 60 años) aparecieron muertas el año pasado en sus viviendas en la provincia, al menos 24 horas después de su fallecimiento. En la ciudad, 3.500 mayores de 65 años viven solos.
Los fallecimientos de tres octogenarios en la ciudad cuyos cuerpos eran descubiertos el miércoles devolvían a la actualidad una realidad que cada vez es más habitual en la provincia, dado el envejecimiento de la población. Dos de los fallecidos, que la policía hallaba en un piso de la calle Doctor Fleming, eran matrimonio. El hombre, que estaba impedido, pudo fallecer unos días después que su mujer ante la falta de asistencia al no poder valerse por sí mismo. El tercer cadáver encontrado pertenecía a un hombre residente en O Polvorín que vivía solo. Su cuerpo era hallado después de que sus vecinos, preocupados tras unos días sin verlo en el barrio, alertaran a la policía.

El año pasado, 32 personas aparecieron muertas transcurrido al menos un día desde su fallecimiento, según datos que maneja el Instituto de Medicina Legal en Ourense. De ellas, 13 superaban los 75 años y 14 tenían entre 60 y 75. En la gran mayoría de los casos, se trataba de personas que vivían solas y sus cadáveres aparecieron más de 24 horas después de su muerte. La tardanza en encontrar en casa el cadáver de una persona que vivía sola suele ser más habitual en las ciudades. ‘En los pueblos es más fácil enterarse, dado que los vecinos enseguida echan en falta a la persona’, explica el subdirector del Imelga en Ourense, Julio Jiménez.

El Imelga registró el año pasado un total de 121 muertes por causas naturales y 127 por causas violentas (81 en accidentes, de los que 33 fueron de tráfico, 44 suicidios y dos homicidios).


3.500 personas mayores viven solas en la ciudad

En la ciudad hay más de 20.000 personas mayores de 65 años y, según datos de la Concejalía de Benestar Social, unas 3.500 viven solas y sin un familiar cerca para pedir ayuda en caso de ponerse enfermos.

En la actualidad, la ayuda domiciliaria que se presta desde la citada concejalía sólo llega a 550 personas y otras 32 son atendidas en centros de día. ‘Cuando llegamos al gobierno sólo se atendía a 336 personas mayores. Intentamos llegar a todas las personas mayores y prueba de ello es que la partida económica que destina el Concello para fines sociales pasó de 995.000 a 1.600.000 euros’, apuntó la concejala de Benestar Social, Marga Martín.

El Concello tiene previsto poner en funcionamiento el próximo mes el ‘servicio de comedor sobre ruedas’, que consiste en proporcionar comida a las personas mayores que no pueden cocinar. Hasta la mañana de ayer, 190 personas se habían acogido al servicio y el número de peticionarios, según Marga Martín, aumenta todos los días. ‘Hay que apostar más por los Servicios Sociales, hay que poner en marcha iniciativas y atraer a los usuarios, no esperar a que sean ellos lo que soliciten ayuda’, añadió la edil. El número de personas mayores que residen solas se incrementa sustancialmente en el medio rural, con el agravante de que disponen de servicios como la ayuda a domicilio o comedor.

Los responsables de Cáritas detectaron sólo en la parroquia de Chaos (Amoeiro) a 569 personas mayores de 65 años residiendo solas. El colectivo puso en marcha hace unos meses el observatorio de la pobreza en la provincia, pero los resultados no serán dados a conocer hasta el próximo mes de marzo. ‘Hay mucha gentes viviendo en soledad y sin recursos’, apuntó el director de programas de Cáritas, Ignacio Bedoya, recordando que todas estas personas mayores son el último eslabón de la recién aprobada Ley de Dependencia. Primero se atiende a las personas que son más dependientes y después les tocará a ellos’, añadió.

Te puede interesar