AVE

Los últimos trabajos de montaje en la vía se retrasarán hasta el mes de julio

El tercer carril ya está, dos pasos elevados, también y se trabaja en las canalizaciones eléctricas.
photo_camera El tercer carril ya está, dos pasos elevados, también y se trabaja en las canalizaciones eléctricas. (Foto: F. Gil)
Comienza la instalación de los postes de electrificación entre Taboadela y Ourense, el tramo que acumula más retraso 

Aunque la previsión del Adif era tener concluido el montaje de los 71 kilómetros de vía izquierda entre Vilavella y Taboadela en el mes de junio, todavía falta un pequeño tramo cumplir ese objetivo, que no estará listo hasta el próximo julio. Las obras avanzan, no obstante, a buen ritmo, tanto sobre la vía como en el montaje de la catenaria.

Respecto a esta última, la catenaria, los equipos de trabajo de Electrén y Elecnor ya se acercan a Taboadela. La semana pasada estaban montando elementos del sistema electrificación, como los tensores, etcétera. Pero todavía no ha llegado la catenaria hasta el final del trazo del AVE, allí donde comienza el ramal de 2 kilómetros que luego enlaza con la línea de ancho convencional en la terminal de mercancías de Taboadela.

Desde el cambiador de anchos de Lobeznos, situado en el término municipal de Pedralba de la Pradería, en la comarca de Sanabria y Taboadela discurre un trazado de 103 kilómetros, de los que los primeros 32 son de vía única, al menos por el momento, porque solamente entrará en servicio la plataforma de la vía derecha.  La línea gallega de alta velocidad ha sido diseñada con dos plataformas ferroviarias de vía única en buena parte del recorrido en este tramo final. El desdoblamiento de la plataforma se produce en Requejo, poco antes de entrar en los túneles y discurre en paralelo, aunque a diferentes distancias una de otra, a lo largo de los siguientes segtenta y ocho kilómetros, hasta que se vuelve a convertir en una plataforma de vía doble en el subtramo Porto-Meamán.

La electrificación es la parte que más tiempo llevará todavía, aunque ya están en sus cimentaciones todos los postes tanto de la vía derecha como de la izquierda hasta el final de la traza y se está trabajando en la colocación del resto de los elementos, mientras se sigue tendiendo la catenaria en la vía derecha, hasta completar los 103 kilómetros hasta Taboadela. La misma UTE, formada por Electrén y Elecnor, se ocupará también de llevar la catenaria hasta la estación de Ourense.

El escollo actual ya no se encuentra ni en los viaductos de As Teixeiras ni en los kilométricos túneles que atraviesan el Macizo Central Ourensano, sino en los últimos dieciséis que hay desde donde la línea de alta velocidad se interrumpe en espera de que llegue la variante exterior y enlaza con la estación de Ourense gracias a un ramal que construyó Comsa y un cambiador de ancho y casi dos kilómetros de vía que fue adjudicado a Acciona. Tanto el cambiador como la vía, ya están en su sitio. Una vía de ancho mixto que ya tiene el tercer carril colocado desde el pasado mes de abril y que luego enlaza con la línea de ancho convencional en Taboadela. A partir de esa estación, la vía será compartida por trenes de mercancías y de viajeros de ancho ibérico y los trenes de alta velocidad que, de momento, son todos de ancho estándar, de ahí que se necesiten tres carriles para que ese corredor sea de uso mixto.

Los contratos para la implantación del tercer carril y las actuaciones complementarias tenían un plazo de ejecución de 12 meses, que inició su cuenta en enero de 2019, cuando se verificó el acta de replanteo. Sin embargo, han pasado 5 meses desde la hipotética finalización de las obras y todavía quedan trabajos determinantes para que se puedan dar por concluidas.

Durante las tres semanas largas que ha durado el corte de circulaciones en esta línea, las cuatro empresas constructoras gallegas que están trabajando en ese tramo han aprovechado para hacerlo de manera intensa: se ha colocado finalmente el tercer carril, entre Taboadela y la entrada de la estación de Ourense, se han puesto los tableros a los dos pasos elevados que fueron demolidos entre San Cibrao y Taboadela y se está a la espera de echar abajo el único que todavía queda en pie de los que habían sido levantados hace más de setenta años para evitar la existencia de pasos a nivel en la línea Ourense-Zamora, que se convirtió así en la primera de la red ferroviaria española en la que ni viandantes ni vehículos tenían que cruzar las vías por pasos a nivel. Teóricamente, está prevista su demolición y restitución a más altura, pero no será posible hasta que el más cercano entre en servicio otra vez para no interrumpir la comunicación de una cantera cercana.

La UTE Electrén-Elecnor ya ha empezado a levantar los postes de la catenaria en este tramo, entre Taboadela y San Cibrao das Viñas, por donde la línea discurre en paralelo con el ramal que va hasta la factoría de piensos que tiene Coren allí. 

Mientras las empresas gallegas siguen con sus trabajos, algunos de los cuales tendrán que ser ejecutados o bien en horario nocturno, aprovechando la banda de mantenimiento o durante el día en tareas que no afectan al paso de los trenes, como es el caso del emplazamiento de todo el complejo entramado de líneas de cable y fibra óptica que dan servicio a los sistemas de comunicaciones, señalización, etcétera.


La adaptación del Padornelo tendrá que esperar

La adaptación del túnel convencional del Padornelo y su conexión con la traza de alta velocidad es la única obra que quedará sin ejecutar al igual que el montaje de la vía y la catenaria en los primeros 32 kilómetros. Su coste se estima en algo más de cien millones de euros y su licitación está en el aire, al igual que la variante exterior de Ourense y la estación intermodal.

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