Ourense

La Valedora, a los vecinos de la ciudad: “Non pasarei unha e vou molestar"

photo_camera Milagros Otero, ayer en el Auditorio, junto al grupo de representantes vecinales y ciudadanos que asistieron al encuentro.

Milagros Otero prometió en Ourense firmeza con las administraciones y esforzarse en la defensa de los derechos infantiles

Unas treinta personas -representantes vecinales, pero también ciudadanos particulares- tuvieron ayer el privilegio de asistir a un cara a cara sin filtros con la persona encargada de apoyar a los gallegos en sus contiendas con la Administración. La Valedora do Pobo, Mercedes Otero, una compostelana de 55 años experta en Filosofía del Derecho, inició en Ourense un viaje que tanto una declaración de intenciones -abrir, literalmente, las puertas de la institución- como una necesidad para que la figura del Valedor(a) conquiste la autoridad que precisa para resultar eficaz. Lo resumió su adjunto, Pablo Cameselle, vigués de 40 años, politólogo con experiencia en organismos internacionales: "A nosa capacidade vai estar directamente ligada ao prestixio que teña a institución".


Viajan solos -"en estos actos queremos evitar que intervenga gente de los concellos, nos basta con que gestionen el local", comentó una de las asesoras por la mañana, durante la visita de cortesía al Concello-, celosos de su independencia y centrados en su misión. "Teño a sensibilidade de escoitar", dijo la Valedora, "atrévanse a queixarse, non precisan cita para vir a falar con nós, e estou aquí para que me berren se fai falta".

Quejas concretas
En una pequeña sala del Auditorio con más butacas vacías que ocupadas, el público, curtido contra promesas, respondió con suspicacia. "Hai cantidade de queixas que o Valedor contesta, si; pero que non é quen de solucionar", sostuvo el primero en hablar. "Cal é a forza do Valedor si ao fin o único camiño é recurrir á xustiza?", cuestionó el siguiente.
Mercedes Otero arrancó didáctica. Explicó el mecanismo que sigue cualquier queja ante la Valedora (20 al día, se atienden el 99%) y asumió, sí, que no puede arreglar todo. Pero promete intentarlo. 


Roto el hielo, llegaron las quejas concretas, a lo que había ido allí la gente. Una portavoz de la Agrupación Miño trasladó a la Valedora su inquietud por la limpieza en algunas zonas del medio rural ourensano. "Faleino esta mañá co alcalde. Estamos nelo", respondió la Valedora, quien aseguró que se comprometía personalmente a seguir el tema. 


A continuación se disculpó en nombre de la institución ante otro demandante al que las respuestas del Valedor (el anterior) le llegaron después de dos años. Dijo que ese funcionamiento es inaceptable. También dijo que se involucraría de manera especial en la defensa de los derechos de los niños y de las personas que sufren discapacidad. Invitó a las representantes de la Asociación de Diabéticos a presentar denuncias en cuanto se repita otro caso de negativa de un colegio a prestar atención a un escolar. Aseguró que reflexionaría sobre la forma en que la Valedora puede colaborar en la educación social que termine con el maltrato a mujeres.


Mercedes Otero acabó advirtiendo que está en el cargo para hacer su trabajo. "Non pasarei unha, vou molestar. Depende de min, se eu consigo como Valedora que me escoiten, o pobo terá máis forza". Y recordó que los informes anuales de la instución sirven, al menos, para incomodar a quienes se ven señalados.

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