Un vecino de Romariz (Riós) encontró a media mañana de ayer los restos de un cadáver cuando limpiaba una finca para plantar castaños. El agricultor alertó a los vecinos de la localidad, que a la vez avisaron a la Guardia Civil, que acordonó la zona hasta la llegada del médico forense, que trasladó el esqueleto al Hospital de Verín con el objetivo de realizarle la autopsia e identificar al fallecido, así como determinar las causas de la muerte. El cadáver presentaba un avanzado estado de descomposición (prácticamente sólo queda el esqueleto).
Inicialmente, la Policía Judicial de la Guardia Civil trabaja con la hipótesis de que los restos son de Manuel Calvo Veiga, de 87 años, un vecino de Romariz que desapareció sobre las nueve de la noche del pasado 28 de julio después de salir de su casa con la intención de acercarse al bar del pueblo. Y ello, porque la familia reconoció el reloj y la ropa que llevaba puesta.
El octogenario, que sufría de alzhéimer, no llegó a entrar en el negocio hostelero. La Guardia Civil, Protección Civil y los vecinos lo estuvieron buscando durante semanas, primero por todo el municipio y después por la comarca de Monterrei. Al rastreo se sumó un helicóptero del instituto armado y perros amaestrados, pero no dio resultado.
El octogenario, que sufría de alzhéimer, no llegó a entrar en el negocio hostelero. La Guardia Civil, Protección Civil y los vecinos lo estuvieron buscando durante semanas, primero por todo el municipio y después por la comarca de Monterrei. Al rastreo se sumó un helicóptero del instituto armado y perros amaestrados, pero no dio resultado.
