SUCESO EN LEIRO

Veinte víctimas mortales 
en los últimos 34 años

photo_camera Escenas de intenso dolor de los familiares y amigos ayer en Leiro.

El percance más grave se produjo el 2 de julio de 1984 en un taller de Sobral, en Coles, dónde  fallecieron cinco personas de la familia Cabo

Los trágicos accidentes por la manipulación de explosivos para fuegos artificiales se han cobrado ya 20 víctimas mortales -incluidas las de ayer- en los últimos 34 años. Y el de Berán se ha producido cinco años después de otra explosión en la provincia, la de Melias, donde murieron también dos miembros de la misma familia. Con todo, el percance más grave se produjo el 2 de julio de 1984 en un taller de Sobral, en Coles. Fallecieron cinco personas de la familia Cabo, la propietaria de la pirotecnia: el fundador, dos de sus hijos, su yerno y un nieto de 18 años. Dos trabajadores sufrieron heridas graves, y uno de ellos, con quemaduras en el 90% del cuerpo, murió días después.

Sólo tres años más tarde, en 1987, y con apenas cuatro días de diferencia, se produjeron otras dos explosiones que causaron víctimas mortales en talleres de la provincia. El 23 de agosto, en Amoeiro, un accidente causó la muerte de la propietaria de El Machete.

Asimismo, el día 27 la tragedia volvió a golpear a la familia Cabo, propietaria de la pirotecnia Josman. En la explosión de una de las casetas del taller fallecieron dos niñas, una de 11 años (hija del propietario) y otra de 16 (empleada de hogar de la familia). Dos mujeres más resultaron con heridas. Manuel Cabo, el dueño por aquel entonces, estaba con dos de sus hijos en otra caseta que no sufrió daños.

Antes, pero también en la década de los 80 se produjo el primer suceso que marca el inicio de la crónica de infortunios de los Cabo, y tuvo lugar en el taller de Medorra. Murieron tres personas de la familia y otra más se encontraba entre las que resultaron heridas.

La tragedia de Josman

Pero Josman volvería a sufrir una nueva desgracia en febrero de 1997, aunque esta vez el accidente se produjo fuera del taller, cerca del Miño, cuando varias personas manipulaban un mortero en Reza, que preparaban para una sesión de fuegos artificiales. Murieron Manuel Cabo y dos de sus empleados. Aún así, el último episodio ocurrió en agosto de 2006. De nuevo en el taller familiar, en Coles. Falleció José Manuel Álvarez, de 43 años, cuñado del propietario y empleado. También salió herido otro trabajador.

Unos años antes, el 8 de septiembre de 2010, una explosión en la Pirotecnia Melias, en Pereiro de Aguiar, terminó con la vida de dos de los tres propietarios, Josefa, de 58 años, y Emilio, de 62. Trabajaban en la caseta donde mezclaban la pólvora. El estruendo se oyó en la ciudad de Ourense, a 10 kilómetros del lugar del accidente. La factoría familiar había sufrido otros dos siniestros con anterioridad pero en ninguno de ellos se habían producido ni siquiera heridos.

Te puede interesar