En los tres primeros meses del año, el Colegio de Registradores inscribió 515 transacciones de vivienda nueva, un nivel muy similar a la media trimestral de los ejercicios de 2006 y 2007. No obstante, buena parte de las ventas corresponden a operaciones pactadas sobre plano en años anteriores, ya que los promotores constantan una caída de las ventas. En este sentido, es significativo el dato de vivienda usada: 280 transacciones entre enero y marzo, una caída notable con respecto a la media de los últimos años.
Las transacciones de vivienda nueva en Ourense se mantienen en niveles medios similares a los dos últimos años, pero se registra una caída considerable con respecto a los pisos usados, según los datos del Colegio Oficial de Registradores relativos al primer trimestre de 2008.
Así, entre enero y marzo de este año se vendieron 515 viviendas nuevas, cuando la media trimestral durante el año pasado fue de 503 transacciones y en 2006 había sido de 436. No obstante, la compraventa en el segmento de pisos usados ascendió a 280, una cifra inferior a la del pasado año, con una media de 425 por trimestre, y a la del ejercicio de 2006, con 534 por trimestre.
Así las cosas, durante los tres primeros meses del año se registraron un total de 795 compraventas, frente a la media de 930 cada trimestre del año pasado o 970 en el anterior.
A pesar de las cifras en vivienda nueva, los promotores constatan que se está registrando una ralentización del mercado y que se vende bastante menos que en años anteriores. Y es que, entre las causas del mantenimiento del nivel de actividad en el segmento de nueva construcción se encuentra el hecho de que buena parte corresponden con transacciones acordadas sobre plano hace uno o dos años, precisamente cuando el sector se encontraba en auge, pero cuyas obras no terminaron hasta ahora, momento en que se realiza la inscripción registral. En este sentido, el descenso del volumen de transacciones de viviendas usadas es más indicativo de la ralentización que atraviesa el sector.
En todo caso, según los constructores continúa existiendo demanda para comprar viviendas, pero el problema radica en que los bancos se han vuelto mucho más estrictos a la hora de conceder financiación. Según indica el presidente de la Asociación de Constructores, Eligio Nieto, son frecuentes los casos de compradores que apalabran la vivienda pero luego se echan atrás porque no les conceden la hipoteca.
Los bancos prefieren sectores de menos riesgo
El descenso de la concesión de préstamos constituye una de las principales preocupaciones de los constructores, tanto para asumir la ejecución de sus obras como porque sus clientes no pueden acceder a financiación para las viviendas. Además, los promotores critican al sector bancario porque esta situación contrasta con los buenos resultados que están anunciando las entidades crediticias. El economista Víctor Montes explica que en esta situación resulta de la confluencia de crisis inmobiliaria y, al mismo tiempo, financiera. No sería tan acusada si las entidades financieras se fiasen entre sí, señala, puesto que se cerró el mercado interbancario (lo que se prestan unos bancos a otros) y eso motivó que tuviesen que desarrollar las agresivas campañas de captación de recursos de clientes de los últimos meses. Esto coincide con la crisis en un sector muy depen diente de la financiación. Ahora el banco gestiona recursos escasos y trata de colocarlos en sectores con menos riesgo, de ahí que sean más selectivos en sus préstamos, que son más caros porque a la propia entidad le prestan más caro, añade Montes. Y, con respecto a los beneficios de los bancos, observa que en gran medida no dependen de su actividad ordinaria (sino de otras puntuales, como la venta de participaciones o inmuebles).
Así, entre enero y marzo de este año se vendieron 515 viviendas nuevas, cuando la media trimestral durante el año pasado fue de 503 transacciones y en 2006 había sido de 436. No obstante, la compraventa en el segmento de pisos usados ascendió a 280, una cifra inferior a la del pasado año, con una media de 425 por trimestre, y a la del ejercicio de 2006, con 534 por trimestre.
Así las cosas, durante los tres primeros meses del año se registraron un total de 795 compraventas, frente a la media de 930 cada trimestre del año pasado o 970 en el anterior.
A pesar de las cifras en vivienda nueva, los promotores constatan que se está registrando una ralentización del mercado y que se vende bastante menos que en años anteriores. Y es que, entre las causas del mantenimiento del nivel de actividad en el segmento de nueva construcción se encuentra el hecho de que buena parte corresponden con transacciones acordadas sobre plano hace uno o dos años, precisamente cuando el sector se encontraba en auge, pero cuyas obras no terminaron hasta ahora, momento en que se realiza la inscripción registral. En este sentido, el descenso del volumen de transacciones de viviendas usadas es más indicativo de la ralentización que atraviesa el sector.
En todo caso, según los constructores continúa existiendo demanda para comprar viviendas, pero el problema radica en que los bancos se han vuelto mucho más estrictos a la hora de conceder financiación. Según indica el presidente de la Asociación de Constructores, Eligio Nieto, son frecuentes los casos de compradores que apalabran la vivienda pero luego se echan atrás porque no les conceden la hipoteca.
Los bancos prefieren sectores de menos riesgo
El descenso de la concesión de préstamos constituye una de las principales preocupaciones de los constructores, tanto para asumir la ejecución de sus obras como porque sus clientes no pueden acceder a financiación para las viviendas. Además, los promotores critican al sector bancario porque esta situación contrasta con los buenos resultados que están anunciando las entidades crediticias. El economista Víctor Montes explica que en esta situación resulta de la confluencia de crisis inmobiliaria y, al mismo tiempo, financiera. No sería tan acusada si las entidades financieras se fiasen entre sí, señala, puesto que se cerró el mercado interbancario (lo que se prestan unos bancos a otros) y eso motivó que tuviesen que desarrollar las agresivas campañas de captación de recursos de clientes de los últimos meses. Esto coincide con la crisis en un sector muy depen diente de la financiación. Ahora el banco gestiona recursos escasos y trata de colocarlos en sectores con menos riesgo, de ahí que sean más selectivos en sus préstamos, que son más caros porque a la propia entidad le prestan más caro, añade Montes. Y, con respecto a los beneficios de los bancos, observa que en gran medida no dependen de su actividad ordinaria (sino de otras puntuales, como la venta de participaciones o inmuebles).
