Una cubierta de 60 metros cuadrados se desprendió en Melón ocasionando destrozos en tres viviendas

El viento derribó árboles sobre carreteras y cementerios y arrancó tejados en la provincia

El reloj de la Casa Consistorial de Carballiño se quedó sin esfera. (Foto: Martiño Pinal)
Las ráfagas de viento recorrieron la provincia dejando una estela de árboles caídos sobre caminos vecinales y carreteras e incluso hasta en cementerios (Prexigueiro), levantando tejados que dañaron viviendas aledañas (Melón) o coches estacionados (O Barco).
En el núcleo urbano de Ribadavia se produjeron situaciones peligrosas por causa de los desprendimientos de tejas y material aislante de las fachadas de edificios. Los árboles obligaron a trabajar a destajo a Protección Civil para abrir el paso en numerosas carreteras. Uno de gran envergadura cayó en el cementerio de Prexigueiro, aunque no llegó a afectar a las sepulturas. Asimismo, una cubierta metálica de más de 60 metros cuadrados se desprendió de un galpón en Codesás (Melón) y fue arrastrada a una distancia de 20 metros hasta caer en el mismo pueblo, ocasionando destrozos en los tejados de tres viviendas. La Guardia Civil también tuvo que cortar la carretera de Castrelo de Miño, en donde un cable eléctrico atravesaba la calzada. En la comarca de Carballiño, se reproducía una situación similar. Un camión estacionado en la carretera de A Uceira, en Carballiño, quedó allí atrapado tras caérsele encima dos árboles. También se desprendía parte de la cubierta del campo de fútbol y la esfera del reloj de la Casa Consistorial salió disparada y cayó sobre un vehículo. Además, durante todo el día una estructura publicitaria tuvo cerrado un carril en el cruce de A Fontela.

En O Barco, A Rúa y otras localidades de Valdeorras se quedaron sin señal de televisión, radio y telefonía móvil. En O Barco, un tejado se desplomó contra un edificio y fue a parar sobre un vehículo que estaba estacionado en el centro del casco urbano (Marcelino Suárez) ocasionándole importantes daños. Además, cayeron árboles en el paseo del Malecón.

En Monterrei, numerosas chimeneas salieron volando por los aires. En Guimarey (Monterrei), un árbol dividió en dos el pueblo (cortó un camino) y se quedaron sin teléfono.

En Allariz, la Policía Local tuvo que cortar al tráfico en Acearrica y las inmediaciones de las piscinas, como precaución por la crecida del río Arnoia. Mientras, en las comarcas de Celanova y Baixa Limia, los servicios de Protección Civil tuvieron que trabajar a destajo para retirar árboles y vayas publicitarias que impedían la circulación de vehículos.

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