Crisis del coronavirus

Zeca Afonso en el confinamiento

Un menor maneja su patinete en el Parque das Termas. Al fondo le siguen sus padres.
photo_camera Un menor maneja su patinete en el Parque das Termas. Al fondo le siguen sus padres. // A. Rodríguez
Al otro lado de la Raia, Chaves celebró el 25 de abril más atípico de los 46 años que llevan conmemorando la Revolución de los Claveles. No hubo actos institucionales en una jornada que discurrió tranquila, con vida en la calle y bajísima presión policial

La canción de Zeca Afonso “Grândola, Vila Morena" sonó en la tarde de ayer en todos los balcones y ventana de las viviendas portuguesas para conmemorar el 46 aniversario de la Revolución de los Claveles. Una de las estrofas del cántico dice que "o povo e que máis ordena dentro da cidade" y esta afirmación -escrita en su día frente al fascismo- se apreciaba perfectamente ayer al otro lado de la Raia en la batalla contra el coronavirus.

Ayer era festivo en Portugal, un 25 de abril atípico dada el estado de alarma. Pero el decreto que aprobó el Gobierno del socialista Antonio Costa no impide a los portugueses  salir de sus domicilios a realizar compras, hacer deporte, pasear a los niños o a los animales domésticos, entre otras tareas. Sin embargo, la mayor parte de la población permanece por voluntad propia confinada en sus viviendas.  Las fuerzas del orden solo vigilan a aquellas personas que están contagiadas o deben permanecer en cuarentena En las calles y carreteras de Chaves no se apreciaba ayer ninguna presión policial para que los vecinos permanecieran en sus casas. "En España tienen medidas más restrictivas. Fueron un paso más allá que en Portugal", asegura José Pires mientras vende prensa en su quiosco de la rúa San Antonio.

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Vecinos, frente a un quiosco en la calle San Antonio.

El balance del coronavirus en el país vecino era, a día de ayer, 880 personas muertas y 23.392 contagiados, cifras que están muy lejos de las registradas en España.

Este periódico cruzó ayer el férreo control que mantienen a diario los agentes de la Guardia Nacional Republicana (GNR) y del Servicio de Extranjeros y Fronteras en Vila Verde da Raia. Nada más rebasar la localidad y siguiendo el camino a Chaves, la carretera registra un intenso tráfico cuando la misma carretera del lado ourensano está prácticamente vacía, solo circulan transportistas. Ya en Chaves, la ciudad está prácticamente vacía: bares, restaurantes y tiendas de ropa cerradas. "Hay bares que están abiertos, pero la consumición la tiene que tomar en calle", recuerda el titular del quiosco.

En el Parque das Termas, entre el que discurre el río Támega, varias personas hacen deporte. Unos corren y otros se ejercitan en una bicicleta. "Aquí no está prohibido hacer deporte. La gente  sale a correr pero extremando las medidas de seguridad, guardando una distancia", afirma uno de los deportistas, Alberto Rodrigues.

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Personas cruzan la pasarela peatonal del río Támega.

Sobre el mediodía -una hora menos en Chaves- el casco urbano comienza a recuperar el pulso de una jornada festiva. En uno de los paseos del citado parque aparece un menor manejando su monopatín. Tras él, a unos tres metros, caminan sus padres. "Aquí los niños ya pudieron salir desde un principio. Nosotros lo seguimos guardando una distancia prudencial y mirando para que no toque nada con las manos", afirma prácticamente a dúo la pareja. 

Poco a poco se van incorporando más menores con sus juegos y personas haciendo deporte. "Aquí de momento no se nos multa por salir de casa ni desplazamientos, aunque cuando coincide un fin de semana largo, como va suceder el 1 de mayo, la GNR prohibirá desplazarse de unos municipios a otros", explica otro matrimonio.

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Una madre con su hijo en un parque.

Al lado del Hospital de Chaves hay una pastelería abierta en la que se pueden comprar todo tipo de dulces. Al lado, una floristería ofrece ramos."Nos permiten estar abiertos, igual que los talleres, funerarias y supermercados", aseguran en el primero de los negocios.

El Servicio de Urgencias del centro sanitario está prácticamente vacío, pero con medidas de seguridad ante cualquier emergencia. "La sociedad es responsable, muy madura y sabe que deben ser los primeros en extremar las precauciones porque su vida está en juego", apunta uno de los sanitarios.
El médico Avelino Gonzales recuerda que la situación "es grave". Achaca la menor influencia del virus en comparación con otros países de Europa a que "se actuó con rapidez" cerrando las fronteras.

Pocas mascarillas y guantes

Los centros comerciales estaban ayer abiertos en Chaves pese a ser jornada festiva. La mayor parte de los clientes apenas utilizaba mascarillas ni guantes, aunque eran los primeros productos con los que se encontraban nada más cruzar las puertas. Todos los establecimientos instalaron cintas para que los clientes mantengan una distancia de seguridad de entre dos y tres metros. También se apreciaban constructores realizando reformas en  restaurantes y bares. 

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