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La capacidad natural de autocurarse

Una joven medita al aire libre con el mar de fondo (MARCELO SAYAO).
photo_camera Una joven medita al aire libre con el mar de fondo (MARCELO SAYAO).

De los muchos tipos de medicinas alternativas existentes, no creo que haya ninguna tan original o al menos tan distinta en su enfoque y tratamiento de la enfermedad, como la medicina tradicional china.

Esta medicina ancestral de los chinos, en realidad no trata el cuerpo físico como tal o sus síntomas directamente, sino que busca las verdaderas causas de los síntomas, en un cuerpo de energía bioeléctrico-magnético que nos penetra y nos rodea. Los rusos fueron los primeros, en el siglo pasado ya, en demostrar su existencia real consiguiendo fotografiarlo (fotografía kirliam). Este es el cuerpo sobre el que trabaja la acupuntura y otras artes sanadoras, basándose en el principio fundamental en todas ellas, de que en este cuerpo sutil es en donde en realidad se origina la enfermedad, unos seis meses antes de aparecer en el cuerpo físico. Este principio fundamental es incuestionable, porque proviene de la observación empírica de innumerables casos reales a través de miles de años.

El otro principio fundamental es el de la "Energía vital", que discurre por unos invisibles canales que recorren todo este cuerpo sutil, y que cuando se bloquea alguno, por exceso o defecto en cualquier punto de su recorrido de dicha energía, aparece la enfermedad en el cuerpo físico en el lugar correspondiente. Este es el verdadero origen de la enfermedad, un fallo en el discurrir normal de la energía vital interna. De modo que para los chinos, y esto, para mí al menos, es lo más importante, si la energía vital fluye armoniosamente igual por todo el cuerpo, lo natural es que estemos completamente sanos y libres de enfermedades. En cambio la mentalidad médica en Occidente es al revés. Wong kIew Kit en su "Gran Libro de la Medicina China", página 394 lo expresa así: "Si se altera el flujo de la energía vital, si se pierde el equilibrio del yin y el yang, aparece la enfermedad; y no ocurre al revés: que como consecuencia de la enfermedad se altere el flujo de la energía y se pierda el equilibrio del yin y del yang.

Es posible recuperar o mantener el equilibrio del yin y del yang de muchas maneras, pero la más ancestral e idónea, es el Chi-Kung médico, verdadero heredero de la antigua Alquimia Interna Taoista, pues entre otras cosas tiene la ventaja de no precisar de hacer diagnóstico, sino que es una terapia holista que vale para todo, por lo que practicándolo diariamente es preventiva de las enfermedades en general. Esto no quiere decir que no sea eficaz también en el tratamiento de una enfermedad concreta, por ejemplo, en la hipertensión se ha observado que siempre ocurre, a nivel energético, que en el hígado hay un exceso de yang, causado por un exceso de energía que bloquea el armonioso fluir natural de la misma. Pero a su vez ocurre que esta disarmonía puede ocurrir por un déficit de yin en los riñones. Pues bien, hay ejercicios de chi-kung médico, que aún siendo válidos para todo el organismo, lo son más específicamente para la hipertensión, equilibrando las diferencias energéticas del riñón y el hígado, y dando lugar además a que se equilibren también los sistemas nerviosos simpático y parasimpático, pues el primero de estos sistemas nerviosos de la vida neurovegetativa es claramente yang y el segundo es yin. 

Para terminar voy a dar una cita del autor chino ya mencionado, de la página 484 del mismo libro: "Los procesos de regeneración y autocuración de la visualización son reales, no imaginarios. Forman parte de nuestra capacidad natural, la que llevamos a cabo permanentemente con nuestro inconsciente. Por algún motivo, estas funciones naturales fallan en parte, y producen úlceras de estómago, diabetes u otras enfermedades. El hecho de visualizar (o de pensar) que estos procesos funcionan como deberían en nuestra meditación, restablece y aumenta sus funciones naturales. En nuestro cuerpo se reemplazan millones de células cada segundo; mantener la visión adecuada durante nuestra meditación, es como proporcionarle un programa maestro para una reproducción celular sana y normal. Aunque esta verdad es poco conocida o valorada por la mayoría de los investigadores actuales, porque la mayor parte del tiempo están demasiado preocupados por la mecánica reduccionista de las células y las enzimas, como para ocuparse del funcionamiento holista del paciente como una persona completa." Aquí vemos como se recalca la importancia de la meditación para el buen funcionamiento de este proceso de autosanación. De modo que puede decirse que sin meditación no es posible un Chi-kung efectivo, al menos para una buena sanación.

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