La primavera trompetera

Estamos prácticamente en la mitad de la estación de las flores. Muchas huertas están a pleno rendimiento, otras intentando sobreponerse a las pasadas heladas y otras (como la mía), tienen la tierra esperando a recibir los plantones o semillas para transmitirles todo el cariño del mundo y los nutrientes necesarios para su crecimiento. 

No podemos obviar otros tipos de información y curiosidades que esta estación nos puede aportar.

Con el aumento de las horas de luz y de las temperaturas, se produce un incremento de la vitamina D absorbida por nuestra piel al estar más libres de las capas de ropa que nos cubren. Hay un estudio de la Universidad médica de Graz (Austria), que los hombres al tener un mayor nivel de esta vitamina también tienen grandes picos de testosterona en la sangre con la consiguiente subida de la líbido. Por eso el tópico de “la primavera, la sangre altera” …

Para los animales, en general, también al haber más luz, hace que se active una molécula en el hipotálamo sensible a ella, la cual está relacionada con el sueño, el hambre y el deseo sexual, haciendo que la época de apareamiento de el pistoletazo de salida. 

La palabra “primavera” proviene de la palabra verano. En la antigua Roma solo existían dos estaciones. Una que era la más duradera, la cual incluía las actuales primavera, verano y otoño, y otra más corta, que era en la que estaba el invierno. Denominada hibernum tempus. La más larga se llegó a llamar veranum tempus y la primavera (primo vere), era el primer verano. La etimología de la palabra fue evolucionando hasta la primavera que actualmente conocemos.

No todo el planeta tiene primavera. Las estaciones vienen determinadas por la inclinación del eje de la tierra al respecto del sol, y tanto el hemisferio norte como el sur sufren cambios en sus temperaturas, dando pie a los ciclos de vida vegetales y animales para soportarlas. En el ecuador terrestre, solo existe la estación húmeda y estación seca, porque a nivel temperaturas no existen cambios tan drásticos como en los hemisferios. Nosotros tuvimos la suerte de estar en Costa Rica en la estación húmeda, y en un mismo día pasábamos por tormenta, lluvia, sol y nubes, pero la temperatura era prácticamente la misma. 

En primavera (y en otoño) se notan cambios en el fondo del mar, lo cual hace que también tenga sus “estaciones”. Aunque en el agua los cambios de las temperaturas de las estaciones tardan más en notarse, se sabe que existen las estaciones oceánicas. 

Durante el invierno y el verano, las grandes diferencias térmicas entre la superficie y el fondo hacen que se formen capas acuosas que no se mezclan entre sí debido a sus diferentes densidades. Por culpa de estas densidades, los nutrientes quedan atrapados en el fondo marino (o muy cerca) donde no llega la luz. Por el contrario, en las épocas más regulares y templadas de temperatura, las aguas vuelven a mezclarse y el alimento se acerca a la superficie, que, con la luz solar, permiten al fitoplancton crecer rápidamente, aprovechándose de ello la fauna marina, y en consecuencia, los pescadores.

La conclusión es que la primavera es una época de nuevos comienzos. La frescura de la misma despierta las sensaciones físicas y sensuales, de modo que vuelven a surgir sentidos que habían permanecido aletargados durante los meses del frío. Los platos de fuego lento y calóricos, dan paso a platos frescos, digestivos y alegres. Es una época perfecta para realizar actividades al aire libre, con la familia y amigos. Hacer ejercicio, excursiones y respirar el aire limpio que tanto nos hace falta. Abrir las ventanas de toda la casa hará que entremos en un camino de purificación y oxigenación que el invierno nos tenía prohibido. Si aunamos todos estos cambios en la alimentación, actividad física y estilo de vida, vamos a obtener un efecto secundario bastante bueno, la salud. 

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