El coruñés Pablo Outón triunfa en Londres con sus grafiti, siguiendo la tradición de Urbano Lugrís

Artistas gallegos reivindican la calle como espacio artístico

Pablo Outón reivindica el grafiti. (Foto: Cabalar)
En los años de la posguerra Urbano Lugrís y su camarilla de intelectuales poblaron las calles de Galicia de trazos y figuras artísticas. 50 años después una nueva generación reclama ese espacio para sus creaciones: el arte en la calle. Dicen los que le conocieron que Urbano Lugrís, exponente máximo del surrealismo en Galicia, terminó pintando cuadros en tascas y bares a cambio de una taza de vino. Hoy en día la situación para muchos jóvenes artistas no es mucho mejor. Los que pueden sobreviven con pequeños encargos de conocidos o, con suerte, con alguna subvención.
Muchos de ellos han tenido incluso que emigrar para encontrar el reconocimiento por su trabajo. Es el caso de Pablo Outón, un artista coruñés cuya obra es de culto en la escena 'underground' de Londres. 'Parece que lo que tenemos aquí nunca es suficiente. A mí, me consideran un artista en Londres y en A Coruña a la gente le cuesta entender que yo pueda hacer esto', afirma.

En su estudio, una antigua casa familiar en Laracha, Outón pinta cuadros. No obstante, también realiza trabajos por encargo, para cuadrar las cuentas. El sector 'está fastidiado', reconoce. Como en los tiempos de Lugrís.


FALTA DE APOYO

Outón echa de menos el mecenazgo y la protección de los jóvenes artistas, especialmente, de los más transgresores, como los grafiteros o los muralistas. Como él, como Lugrís. 'El grafiti es una alternativa de expresión, una de las últimas expresiones pictóricas', afirma desde su conocimiento en Bellas Artes. Por ello, reclama su reconocimiento en los circuitos artísticos. Esto no implica necesariamente su legalización. La esencia de los grafiti, una corriente artística nacida en el Nueva York de los años 60 al amparo del hip-hop, es pintar en la calle. Sin embargo, 'no todo lo que hay en la calle es grafiti, ni todo lo que se pinta con spray sobre un lienzo es grafiti', aclara.

El grafiti es algo más, es arte, un arte callejero que tiene que ver con la alquimia, con el hecho de 'aurificar' una zona, de 'recuperar algo que está derruido y darle vida', relata Outón, cuyas pinturas -tanto murales como grafitis- colorean entornos de todo el mundo, como Londres, Liverpool, Barcelona, Túnez, Madrid o A Coruña. Precisamente en la capital británica es donde Outón ha alcanzado su mayor éxito: un Hitchcock 'punk rock' pintado en uno de los muros de Grove Green Road in Leytonstone, el barrio londinense en el que nació el director británico. Algunos creyeron incluso que Basky, el legendario artística cuya identidad todavía se desconoce, estaba detrás de la obra... pero resultó ser de Outón.

Este mural, un homenaje a la película 'Vértigo' pintado legalmente en la pared exterior de una galería de arte, le ha granjeado visitas a su web -www.pablouton.tk- desde todo el mundo. 'Un mural en el centro de Londres es el mejor escaparte para un artista', subraya sonriente. En Galicia nunca lo podría haber hecho. 'Aquí no hay un local donde trabajar', lamenta Outón.

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