La villa pontevedresa revivió en un ambiente de fiesta la llegada de la carabela 'La Pinta' en la celebración de La Arribada

Baiona vuelve a la Edad Media entre artesanos, espectáculo y tradiciones

El público asiste a uno de los espectáculos que se desarrollaron durante la jornada en la playa Ribeira de la villa pontevedresa. (Foto: FOTOS LANDÍN)
Un teatro a gran escala, con público, escenario y actores al alcalce de la mano.
Los protagonistas de la fiesta de La Arribada se entregan en alma y cuerpo para convertir Baiona en el último mercado medieval y el primero del Renacimiento tras la noticia del Descubrimiento de América. Nada más y nada menos que 519 años y dos días después, la llegada de la carabela 'La Pinta' fue celebrado por todo lo alto, especialmente por los hosteleros que ayer vieron sus establecimientos abarrotados por un aluvión de clientes que solucionan parte del largo y poco poblado invierno que vive la villa.´las celebraciones contaron con la presencia de la ministra de Fomento, Ana Pastor, y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo.

'¿Tú que enfermedad tienes, sarna, lepra...? Tengo soluciones para todo', el doctor 'matasanos' y su enfermera ayudante asaltaban en plena calle a los visitantes con su carrito repleto de potinges y pociones maravillosas. Juglares, cetrería, tiro con arco, oficios artesanales y, sobre todo, comida y bebida para los miles de visitantes.

Las primeras gotas de lluvia con las que amaneció Baiona no impidieron que todo el pueblo se echase a la calle ataviados de época para recibir a los miles de invitados y el sol volvió a lucir durante toda la jornada como lo ha hecho en los últimos tres meses de forma ininterrumpida. El gremio de artesanos fue el más numeroso y cesteros, canteros y herreros mostraron su trabajo a todos los visiantes.

Xabier Garrido, el escultor de Oia que prepara un monumento a los voluntarios del 'Prestige', era unos de los artistas que en la Plaza del Concello golpeaba la piedra para representar el famoso petroglifo de Auga dos Cebros. En la playa de Ribeira, la exhibición de cetrería congregó ya a mediodía a cientos de personas que se desparramaron por la villa, desde el puerto hasta la iglesia de Santa María. Talleres para niños y representaciones teatrales en cada esquina adornaron una jornada multitudinaria.

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