El arzobispo de Santiago, Julián Barrio, nombró ayer administrador general de la Catedral al economista Francisco Domínguez Martínez, en aplicación de las normas 'de carácter temporal' con las que la institución eclesiástica pretende 'reordenar, modernizar y optimizar' la administración económica de la basílica compostelana.
Domínguez fue elegido por sus 'conocimientos en ciencia económica y experiencia en gestión empresarial' y con el objetivo de conseguir la 'autofinanciación sostenible' de la Catedral, egún señala en una nota el Arzobispado. De hecho, es profesor de 'Estrategia y gestión financiera de la empresa' en la Universidade de Santiago.
Nacido en Ribeira (A Coruña), es miembro del consejo de administración de Xesgalicia y asesor de Presidencia del grupo Televés. Fue presidente durante un año y consejero-delegado de la Corporación Caixa Galicia; director de inversiones de Caixa Galicia durante seis años; vocal del consejo de Pescanova; vicepresidente de Lico Leasing y presidente ejecutivo de Bioagalicia de seguros. También fue vocal del consejo de 20 sociedades, entre ellas Reganosa, Gas Natural Galicia y Softgal o Sodiga, entre otras
El nombramiento se produce después de que el pasado mes de julio fuera recuperado el Códice Calixtino un año después de ser sustraído de la Catedral compostelana por un exelectricista del templo, acusado también de llevarse más de un millón de euros.
Nacido en Ribeira (A Coruña), es miembro del consejo de administración de Xesgalicia y asesor de Presidencia del grupo Televés. Fue presidente durante un año y consejero-delegado de la Corporación Caixa Galicia; director de inversiones de Caixa Galicia durante seis años; vocal del consejo de Pescanova; vicepresidente de Lico Leasing y presidente ejecutivo de Bioagalicia de seguros. También fue vocal del consejo de 20 sociedades, entre ellas Reganosa, Gas Natural Galicia y Softgal o Sodiga, entre otras
El nombramiento se produce después de que el pasado mes de julio fuera recuperado el Códice Calixtino un año después de ser sustraído de la Catedral compostelana por un exelectricista del templo, acusado también de llevarse más de un millón de euros.
