El número de suicidios en España supera el de muertos por accidentes de tráfico, sin embargo, existe un 'silencio social, mediático y político' en torno a esta realidad, sobre el que reflexiona el sociólogo Juan Carlos Pérez en su último libro 'La mirada del suicida.
El enigma y el estigma'. La obra, que presentó ayer junto a los periodistas Juan Cruz y Ana Pastor, indaga en este silencio y hace un recorrido histórico acerca de cómo ha sido contemplado el suicidio a lo largo de los siglos. 'Primero se consideró un delito, luego como un pecado, para pasar a convertirse en una afección mental pero que está todavía muy teñida de esas categorías previas de condena', sostiene Pérez.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el número total de suicidios en 2008 en España alcanzó los 3.421, mientras que los fallecidos por accidentes de tráfico fueron 3.021. Pérez abunda 'sobre el silencio social, mediático y también político que hay en torno al suicidio y del que nadie habla', y apuesta porque esta realidad salga a la luz. 'Yo no tengo una fórmula para que disminuyan los suicidios pero urjo a las instituciones a que reflexionen de manera adecuada y pongan en marcha planes de actuación', subrayó el sociólogo, quien aboga porque este drama 'esté en las agendas políticas, sanitarias y sociales' de los gobiernos.
El autor también 'se pone en la piel' de aquellos que vivieron muy de cerca el suicidio y 'que lo callan y ocultan porque es un tema tabú', lo que a su juicio provoca que estas personas tengan más complicado el duelo y la superación de la pérdida. 'Al dolor, la incomprensión, la rabia y toda la mezcla de sentimientos que acompañan al suicidio, se suma el silencio', lamenta.
Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), el número total de suicidios en 2008 en España alcanzó los 3.421, mientras que los fallecidos por accidentes de tráfico fueron 3.021. Pérez abunda 'sobre el silencio social, mediático y también político que hay en torno al suicidio y del que nadie habla', y apuesta porque esta realidad salga a la luz. 'Yo no tengo una fórmula para que disminuyan los suicidios pero urjo a las instituciones a que reflexionen de manera adecuada y pongan en marcha planes de actuación', subrayó el sociólogo, quien aboga porque este drama 'esté en las agendas políticas, sanitarias y sociales' de los gobiernos.
El autor también 'se pone en la piel' de aquellos que vivieron muy de cerca el suicidio y 'que lo callan y ocultan porque es un tema tabú', lo que a su juicio provoca que estas personas tengan más complicado el duelo y la superación de la pérdida. 'Al dolor, la incomprensión, la rabia y toda la mezcla de sentimientos que acompañan al suicidio, se suma el silencio', lamenta.
