Con la llegada del buen tiempo, los barcos que viajan al archipiélago vigués van completos y resulta casi imposible comprar el billete el mismo día en taquilla; entre el pasaje que visita las playas dominan los turistas frente a los locales

Islas Cíes, un atractivo que aumenta

Conocer las islas Cíes es uno de los objetivos que se marcan los turistas que cada año llegan a la ciudad. Al tratarse de Parque Nacional y ser un espacio protegido, la afluencia diaria está limitada a 2.200 personas, con la posibilidad de reducir más el cupo se el hábitat se viese afectada. En embarcaciones privadas, diez son los tripulantes máximos permitidos.
Playas con dunas, bosques con especies endémicas, fondos marinos ricos en flora y fauna, unido a los restos de asentamientos históricos refuerzan un atractivo al que solo se accede por barco y donde la única opción para pernoctar es un cámping, con reserva previa.

Así, en plena temporada alta cada vez que llega el barco de Cíes las colas son constantes en el muelle de al estación marítima. El domingo, a pleno sol esperaban a la naviera Mar de Ons, cientos de excursionistas de León, Madrid, Asturias, País Vascos, pero también algún vigués que busca reencontrarse con un paraje único. La mayoría tan sólo pasan el día. Otros como Manuel Gómez, de la Illa de Arousa, pasaran varios días en la tienda. Gómez convenció a un grupo de amigos para viajar a Cíes, porque 'está cerca y es bonito'. Van preparados con comida, bebidas, sacos y tiendas. 'Hoy toca empanada para comer ', aseguraba. No tuvo muchos problemas para reservar: 'Fue rápido, en cuanto nos decidimos, lo solicité con un poco de antelación y hasta nos permitieron ampliar el plazo de estancia en la isla'. Junto a ellos, en la cola, también esperan una pareja de vigueses: 'Vamos todos los años porque es nuestro Caribe'.

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