El Papa viaja mañana a Alemania en difícil momento tras casos de pederastia

Benedicto XVI  (Foto: EFE)
Benedicto XVI viaja mañana a Berlín, primera etapa de su tercera visita a su Alemania natal y que realiza en un momento difícil para la Iglesia alemana debido a los casos de curas pederastas, la pérdida de fieles y el fuerte secularismo existente en esa nación.
Además de Berlín, donde se entrevistará con la canciller, Angela Merkel; pronunciará un discurso en el Bundestag -la primera vez que hablará ante un parlamento- y se reunirá con la comunidad judía, el papa Ratzinger también visitará Erfurt, muy ligada a Martín Lutero (1483-1546), y Friburgo, en el estado de Baden-Württenberg, zona de amplia mayoría católica.

Si en el aspecto político todas las miradas están puestas en el discurso que pronuncie en el Bundestag, al que se oponen un centenar de diputados de izquierdas, en el religioso están en el encuentro ecuménico con la Iglesia evangélica que mantendrá el día 23 en Erfurt, en el que fue el convento donde estudió y ejerció como católico Martín Lutero.

Aunque en su primer mensaje en 2005 como papa afirmó que trabajaría 'sin ahorrar energías' en aras de la unidad de los cristianos, el pontífice sabe que ese camino es aun largo y por eso en un mensaje enviado a los alemanes con motivo del viaje les ha dicho que lo importante es 'reflexionar juntos' con las iglesias surgidas de la reforma de Lutero hace casi 500 años.

La Iglesia evangélica en Alemania (EDK) agrupa a 22 iglesias regionales surgidas de la reforma de Lutero y Calvino.

El presidente del Consejo, Nikolaus Scheneider, en un articulo en el diario vaticano 'L'Osservatore Romano', expresó su deseo de que el viaje sirva para trazar una fuerte señal ecuménica, 'ya que Alemania necesita del testimonio común de Cristo por nuestras iglesias'.

En Alemania, país de 82 millones de habitantes, donde los católicos son 24,67 millones y los protestantes 24,5 millones, la secularización avanza a pasos agigantados y el papa, según ha dicho, lanzará un mensaje para que la sociedad vuelva a mirar a Dios y lo coloque en el centro de la sociedad y no olvide las raíces cristianas.

Además de la secularización, los numerosos casos de abusos sexuales contra menores por parte de clérigos han puesto a la Iglesia alemana en la picota y son numerosos los católicos que se han dado de baja. Según datos de la iglesia local, el pasado año se borraron 181.000 personas.

Más de un millar de abusos sexuales contra menores han sido denunciados y según se ha comprobado en los últimos 30 años unos 350 menores sufrieron abusos, entre ellos en la escuela de elite de los jesuitas Canisius, en Berlín.

También se denunciaron abusos en la escuela del Coro de la Catedral de Ratisbona, en el colegio marista de Bamberg y en un centro del estado de Hessen.

En su línea de 'tolerancia cero' contra la pederastia, el papa cesó el pasado año al obispo de Augsburgo Walter Mixa por maltrato sistemático de niños en un asilo cuando era sacerdote y de jóvenes sacerdote.

El mismo Ratzinger se vio salpicado después de que el diario 'Süddeutsche Zeitung' informara de que en la década de los años 80, cuando era arzobispo de Múnich, autorizó a un sacerdote con antecedentes de pederastia a ejercer en la capital bávara.

Ante los incesantes ataques, el Vaticano cerró filas, asegurando que acusar al Papa de ocultación es 'falso y calumnioso'.

No se descarta que el Pontífice se reúna con víctimas de esos abusos, en la misma línea que ya hizo durante sus viajes a EEUU, Australia, Malta y Gran Bretaña.

Respecto al discurso que pronunciará en el Bundestag, más de un centenar de diputados de la oposición, del Partido Socialdemócrata (SPD), Los Verdes y La Izquierda, han anunciado que no asistirán, al considerar que la intervención del jefe de la Iglesia católica contraviene el principio de la neutralidad religiosa del Parlamento.

Algunos de esos diputados si participaran en una manifestación convocada por una veintena de colectivos laicos y de homosexuales contra el papa por su oposición a los matrimonios homosexuales, a los anticonceptivos, a levantar el celibato sacerdotal, entre otras.

Este es el tercer viaje del papa alemán a su país, tras los realizados a Colonia -en agosto de 2005 con motivo de la XX Jornada Mundial de la Juventud- y a Baviera, en septiembre de 2006, cuando visitó Múnich, Ratisbona y las pequeñas localidades de Altotting y Marktl am Inn, su pueblo natal.

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