La escritora Fina Casalderrey ingresó oficialmente ayer en la Real Academia Galega (RAG), con un acto en el Teatro Principal de Pontevedra donde confesó que en realidad es 'una maestra de escuela a quien se le dio por escribir'. En la ceremonia, pronunció un discurso en el que recordó su acercamiento al gallego desde un primer rechazo juvenil y señaló que a veces 'decir que se es ciudadano del mundo pretende ocultar el rechazo al patrimonio heredado'.
La escritora, pontevedresa de Xeve, intervino tras el presidente de la Academia, Xesús Alonso Montero, que recordó la importancia de la ciudad para el gallego a través de su vínculo con el padre Sarmiento o Xoán Manuel Pintos. Acompañada del pleno de la Academia, reunido en la escena del teatro ante una audiencia con abundante presencia de políticos -estaba la presidenta del Parlamento, Pilar Rojo; el secretario xeral del PSdeG, José Ramón Gómez Besteiro, o el alcalde en funciones de Pontevedra, Antón Louro, entre otros-, Casalderrey hizo mención primero a su condición de mujer, 'que no es demérito, pero tampoco mérito suficiente' para ingresar en la Academia.
También tuvo palabras de agradecimiento para el actual presidente de la RAG y para el anterior, Xosé Luis Méndez Ferrín, así como para la académica Rosario Álvarez, 'compañera del bachillerato'.
También tuvo palabras de agradecimiento para el actual presidente de la RAG y para el anterior, Xosé Luis Méndez Ferrín, así como para la académica Rosario Álvarez, 'compañera del bachillerato'.
