Las altas temperaturas continúan en los termómetros, pese a estar a mediados de septiembre, por lo que las playas registran afluencias propias del verano.
Sin embargo, los arenales vigueses se quedan sin vigilancia. Los socorristas subieron ayer por última vez este verano a sus torretas. Se despiden así de un verano complicado en asistencias, donde tuvieron que lamentar varios fallecimientos, el último hace unos días, al ahogarse un hombre tras adentrarse en el mar. Los operativos atendieron miles de asistencia entre las que destacaron lipotimias, paradas cardíacas, fracturas e insolaciones, con más de cien traslados en ambulancia, operativos de rescate y actuaciones de vigilancia desde el mar. En el apartado de los extravíos, los niños siguieron siendo los protagonistas, aunque se dio un caso de un adulto desorientado En total, controlaron desde el 15 de junio, diez arenales, el frente de Samil hasta O Vao, además de Rodas y Figueiras, en Cíes.
La retirada de los socorristas coincide con las altas temperaturas, aunque ayer a media tarde, un banco de niebla cubrió la ciudad, aumentando la sensación de frío, un fenómeno habitual a partir de finales de agosto.
La retirada de los socorristas coincide con las altas temperaturas, aunque ayer a media tarde, un banco de niebla cubrió la ciudad, aumentando la sensación de frío, un fenómeno habitual a partir de finales de agosto.
