Manuel Mouriño explicó paso a paso su versión de la muerte de Montse, que atribuyó a una caída accidental

El acusado del crimen de Viana reconstruyó los hechos ante el juez

El deten ido Manuel Mouriño (en chandal), grabado por una cámara mientras narra, en el lugar de los hechos, la muerte de Montse
Manuel Mouriño Faria regresó a Viana tres meses después de ser detenido como presunto homicida de la joven Montserrat Martínez Fernández. Viajó desde la prisión de Pereiro y llegó esposado, para guiar a la titular del Juzgado mixto de Trives en la reconstrucción de los hechos ocurridos el 14 de abril del 2001.
A las 7.25 horas de ayer, cuando en las calles vianesas apenas se veía trabajar a algún que otro barrendero, el preso llegó al punto de encuentro, de nombre irónico para las circunstancias que rodearon su reencuentro con la villa: 'Travesía Liberdade'. Aquí le esperaba la jueza, acompañada por abogados, Ministerio Fiscal, funcionarios judiciales y un amplio despliegue de agentes de la Guardia Civil.

La comitiva partió del pub 'Gothan', donde Manuel Mouriño coincidió con Montserrat Martínez cuando ésta propuso salir a dar un paseo, según declaró el preso. En este lugar, un agente de la Policía Judicial comenzó a grabar su declaración con una cámara de vídeo, que utilizó durante la hora y media que duró la reconstrucción de los hechos.

A continuación, la comitiva judicial y el detenido, flanqueados por nueve agentes de la Guardia Civil, recorrían la travesía de la carretera OU-533 y cruzaban la Praza Maior con dirección hacia los jardines de Cima de Vila. En esta zona perdió la vida Montserrat Martínez cuando sólo tenía 21 años. Las explicaciones de Manuel Mouriño acerca de lo ocurrido en una noche de abril del 2001 quedaron para los funcionarios judiciales y agentes pues la zona fue acordonada y prohibido el acceso a los vecinos.

En todo caso, las explicaciones que ayer dio el preso apenas variaron las anteriores. Indicó que la joven se le aproximó por detrás e intentó darle un 'chupón', acción que él respondió empujándola. En su caída, Montserrat Martínez se golpeó la cabeza, por lo que el detenido dio por hecho que se había desnucado. Entonces la arrojó desde el jardín a la finca colindante, situada unos cinco metros por debajo del área recreativa. A continuación arrastró el cuerpo y lo ocultó tras unos matorrales.

Así sucedieron los hechos, según la versión de Manuel Mouriño. Sin embargo, dejó sin explicar los detalles que los rodearon. ¿Con qué se golpeó la joven?, ¿cómo arrastró su cuerpo para arrojarlo a la finca y después llevarlo hasta el lugar donde lo dejó? Éstas son algunas de las preguntas que quedaron sin respuesta, pues el detenido afirma que no se acuerda.

Nueve años es un plazo muy largo de tiempo, tanto que el lugar donde apareció el cadáver es muy distinto alde entonces. Hoy está más limpio, con menos maleza, lo que dificultó recordar los movimientos que siguieron a la muerte de la joven.

Pese a ello, hay un detalle que retiene en la memoria el preso. Ayer volvió a insistir en que a su llegada al jardín de Cima de Vila pudo ver a una pareja. El hombre era Fernando B.B., de 33 años y con domicilio en el País Vasco, quien ya declaró como presunto encubridor, negando las imputaciones que pesaban sobre él. A quien Manuel Mouriño dijo no reconocer es a la mujer que le acompañaba.

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